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17 - Cuento


Natalia y Luis quedarán encantados con una pelota mágica, pero ésta los llevará a una trampa. Con la ayuda de tres aves y un viejo Luis encontrará la forma de liberar a su hermana. Continuamos el programa hablando sobre la Cordillera de los Andes y terminamos con una adivinanza.

Fuente: www.storiestogrowby.com


La pelota encantada

Recopilada y traducida al inglés por Elaine L. Lindy

Adaptada por Carolina Quiroga Stultz


Hace mucho tiempo en la cordillera de los Andes vivía una vieja y malvada bruja. Que dormía durante el verano y apenas caía el primer copo de nieve sus malvados y fríos ojos se abrían de par en par llenos de malicia. ¡Oh! Si es que el invierno era el tiempo en que ella salía a cazar.


La muy malvada bruja tenía una pelota mágica que usaba para atraer uno a uno a los niños y niñas. El truco consistía en que la malvada bruja dejaba la brillante y colorida pelota en lugares donde los niños y niñas jugaban.


Sucedió que un día Natalia y Luis, hermano y hermana, fueron a jugar cerca a un lago. Cuando vieron la pelota mágica al pie de una colina la niña quedó fascinada y comenzó a perseguirla. Pero para su sorpresa entre más se acercaba a la pelota más lejos ésta rodaba. Después de un rato de tanto rodar la pelota se detuvo y cuando la niña fue a recogerla la astuta pelota se escapó.


Pero Natalia no se desanimó, ella continuaba detrás de la pelota, siempre a punto de alcanzarla, pero sin poder lograrlo. Mientras la niña corría su hermano Luis la seguía. Lo más extraño de todo esto, es que cada vez que la maliciosa pelota mágica se detenía lo hacía en lugares donde había arbustos de frutos rojos, o al borde de una cascada de agua de cristal. De esa manera cualquier niño o niña que se había alejado lo suficiente encontraba un momento en el que podía descansar tomar agua y comer algo.


Finalmente, Natalia y Luis llegaron a un lugar donde un gran río corría entre dos grandes colinas. La tierra era árida con rocas y en algunas partes parches de nieve. De repente comenzó a caer la nieve y el aire se hizo oscuro y pesado. Fue allí cuando Natalia y Luis se dieron cuenta que habían caminado muy lejos de casa y que se habían perdido.


Mientras tanto aquella pelota malvada era indiferente a los miedos de los niños y simple y llanamente siguió rodando y los niños no tuvieron otra opción que seguirla. A cada paso el aire se hacía más frío y el sol se debilitaba. Natalia y Luis no venían preparados para la dureza de este frío clima y se alegraron cuando la pelota se detuvo frente a una roca negra.


Natalia recogió la pelota y por un momento se deleitó admirando la belleza de dicha bola mágica, pero solo por un momento. Porque tan pronto como había tomado la pelota, esta desapareció como una burbuja de jabón. Natalia estaba tan triste que comenzó a llorar y su hermano trató de animarla tomándola de las manos. Ahí es cuando Luis se dio cuenta de qué las manos de su hermana estaban muy frías, así que la llevó a la parte norte de la roca donde estaban mejor protegidos del viento.


Allí Natalia se acurrucó y en unos minutos se había quedado dormida. Luis se sentó cerca de la roca pensando que después de que su hermana había descansado, debían encaminarse regreso a casa. Luis trato de quedarse despierto y mantener la vigilancia. Y aunque trató de mantener sus párpados abiertos sosteniéndolos con sus dedos más sueño le dio. Ya que los árboles de pino se balanceaban lentamente de lado a lado y las hojas parecían susurrar un hechizo haciendo que Luis también cayera dormido.


Mientras Natalia descansaba confortablemente en el nicho entre las grandes piedras lejos del inclemente viento la niña tuvo un sueño. Ella soñó que su madre le peinaba el cabello y le cantaba. Pero a lo que su madre la peinaba, la amorosa acción se volvió en una descuidada y tosca acción.


Pronto la mujer estaba jalando los cabellos de Natalia tan duro que hizo llorar a la niña de dolor, lo que hizo que Natalia se despertará. Asustada por aquel mal sueño la niña trató de ponerse de pie, pero no pudo. Lo que realmente sucedió mientras Natalia dormía es que la malvada y vieja bruja la había hechizado, haciendo que los cabellos de Natalia crecieran largos y se enredaran entre las rocas inmovilizando a la pequeña.


Lo único que pudo hacer fue tirar sus brazos al frente y llamar a su hermano. Pero ni él pudo alcanzarla porque la malvada bruja había levantado una pared invisible alrededor de la roca y Luis no podía pasar.


Natalia exclamó: ¡Hermanito ven por mí!

Luis: Hermanita estoy tratando, pero no puedo, hay algo invisible como un muro que no me deja pasar.

Natalia: ¿Puedes escalarlo?

Luis: No Natalia, pareciera como si la pared va alrededor de la roca, pero me quedaré aquí donde me veas para que no tengas miedo.


Ambos niños estaban aterrorizados esto parecía como una pesadilla sin embargo justo cuando pensaron que todo está perdido, escucharon la voz de la gran lechuza blanca: Las cosas de la noche y las cosas sin nombre, se alejan del resplandor de las llamas de una antorcha.


Natalia: Luis, ¿escuchaste lo que dijo la lechuza?

Luis: Si hermanita, pero no entiendo.

Natalia: Debe ser que las cosas en este horrible valle le tienen miedo al fuego. Así que debes traerlo, vete y encuentra algo de fuego y apúrate por favor.


Luis no quería dejar a su hermana sola, pero estuvo de acuerdo que era mejor hacer algo, a no hacer nada.


A lo que el muchacho se puso de pie, los dos escucharon al cóndor de Los Andes precipitándose hacía la roca diciendo: ¡El fuego conquistará la helada muerte!


Natalia: ¿Escuchaste eso hermanito? El cóndor dice lo mismo que la lechuza, debe ser cierto entonces. Apúrate y regresa antes de que sea muy tarde.


Ahora Luis estaba convencido acerca de su misión, así que se despidió de su hermana y se encaminó hacia el valle siguiendo al cóndor que volaba sobre él. Luis sabía que la gran ave lo guiaba hacia alguna parte.


Pronto habían pasado el rio chico y cuando llegaron al lugar donde dos ríos se unían en un pantanoso lago, allí Luis vio una casa.


La pobre casa parecía hecha de adobe y piedras. El cóndor voló alto y en círculos. De esa manera Luis supo que allí debía quedarse por unos minutos.


El niño empujó la puerta, entró, miró a su alrededor y vio cenizas en la chimenea. Todavía había brasas rojas, lo cual significaba que alguien vivía allí. Pero como Luis no vio a nadie decidió ponerse juicioso y traer agua fresca del manantial. Después Luis recogió madera y la organizó al lado de la chimenea. Finalmente, el muchacho soplo sobre las brasas y agregó ramas y palos para mantener el fuego vivo.


El hombre que vivía en aquella casa debió haber entrado de alguna manera sin hacer ruido porque cuando Luis se volteó a mirar, ahí estaba el viejo sentado en un taburete moviendo su cabeza de arriba para abajo. El viejo le ofreció a su invitado pan y té de hierba. Mientras comían, Luis le contó al viejo lo que había sucedido.


El viejo con expresión seria en su rostro dijo: malvada es la vieja bruja de la cordillera de los Andes. ¡Sólo hay una forma de vencerla!


Luis: Es acaso, ¿que el fuego conquista la helada muerte?

Viejo: Tienes razón y créeme no tienes tiempo para perder. Mira allá viene tu amigo el cóndor.


A lo que el viejo dijo eso el cóndor voló bajo, cerca de la puerta y dijo: ¡hace tanto frío que su aliento desfallece, el fuego conquistará la helada muerte!


El viejo se agachó y tomó una rama seca y la acercó al fuego, la encendió y se la pasó a Luis.

El Muchacho sabiendo lo que tenía que hacer se apuró a correr hacia el pantano. Entro en las aguas y sin darse cuenta las aguas lo estaban salpicando. Luis sostuvo la antorcha lo más alto que pudo, pero la salpicadura de las aguas apagó el fuego. Frustrado en su intento Luis tuvo que regresar a la casa del viejo.


Luis: Por favor señor deme una segunda antorcha. Mi hermana debe estarse congelando. ¡Y quién sabe si esa bruja ya llegó! Por favor señor seré más cuidadoso esta vez. Iré alrededor del lago no lo atravesaré, aunque me tome un poco más.


El viejo le dio a Luis una segunda antorcha. El cóndor voló hacia la montaña de la roca y de nuevo Luis se encaminó. Se fue alrededor del lago bordeando la orilla del río, sobre colinas cubiertas de nieve sólo deteniéndose a respirar por unos segundos antes de continuar.


Pero cuando trato de agarrar mejor la antorcha sin querer la dejo caer sobre la nieve. Cuando la recogió estaba carbonizada. Luis estaba triste, enojado y desesperado y no tuvo más opción que regresar a la casa del viejo con aquella carbonizada antorcha.


De nuevo Luis le rogó al viejo que lo ayudara por una tercera vez y en ese momento ambos escucharon al cóndor clamar: El aliento de la niña se desvanece la noche traerá la helada muerte.


Al tiempo que dejó saber su noticia el cóndor salió como una flecha disparada hacia el cielo.

Por tercera vez, Luis tomó la antorcha y corrió alrededor del pantanoso lago, siguió recto por la montaña agarrando la antorcha firmemente hasta que los dedos le dolían, pero aun así no la soltó y continúo su carrera como un venado.


Cuando un flamenco lo vio abrió las alas y corrió al lado del muchacho ofreciéndole llevarlo. Montado sobre la espalda el flamenco los dos se apresuraron hacia su destino. El flamenco protegía las llamas de la antorcha con sus alas y al tiempo que lo hacía su cuello y su pecho se ponían colorados pero el flamenco no se quejó ni una vez por el contrario continúo su carrera.


El flamenco atravesó el valle y saltó sobre la roca donde Natalia estaba cautiva. Luis inclinó la antorcha sobre un montón de musgo seco cerca a su hermana. En ese momento las llamas se levantaron y todos aquellos que vivían en el valle y aún más lejos de allí escucharon un estruendoso ruido. La roca que tenía atrapada a la niña de los cabellos se reventó en miles de pedazos. El malvado hechizo había sido roto.


El poder de la malvada vieja bruja de la cordillera de los Andes se deshizo para siempre. Ahora Natalia estaba libre. Con sus manos Natalia acarició el pecho quemado del flamenco y el tiempo que lo hizo la quemadura sanó y desde entonces el flamenco tienen el pecho colorado.


Natalia y Luis vivieron muchos, muchos años felices y contentos. Para aquellos que se preguntan qué pasó con la temible bruja y su infame pelota mágica bueno nadie ha vuelto escuchar nada, pero muchos dicen que gracias a la valentía de Luis, los malvados planes de esa bruja fueron frustrados para siempre.


Y colorín colorado este cuento se ha acabado.


Comentario


Muy bien mis queridos amigos y amigas hablemos sobre los Andes. La Cordillera de los Andes es la más larga del mundo y tiene algunas de las cimas más altas. Igualmente es conocida por sus volcanes, por las ruinas de civilizaciones antiguas y por ser la fuente del tratamiento de la malaria.


El origen de la palabra Andes aún no ha sido determinado, pero muchos aseguran que viene de la palabra quechua “anti” la cual se traduce en la alta cresta o cima.


Otros dicen que viene de Anti Suyu, la cual fue una de las cuatro regiones que los incas alguna vez habitaron.


La Cordillera de los Andes se ubica en la parte oriental de las costas sudamericanas y alcanza hasta los 7242 km o 4500 millas de largo. En su recorrido las montañas de la Cordillera atraviesan siete países: Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. De hecho, cuando la cordillera entra a lo que es hoy Colombia se divide en tres ramas. Cordillera oriental, central y occidental.


Las únicas montañas más altas que los andes son las montañas del Himalaya y las montañas adyacentes, incluyendo la de Hindu Kush. La elevación promedio de los Andes es de 3962 m o 13,000 pies. Y la elevación más alta en la cordillera es el monte Aconcagua ubicado en la Argentina, la cual está a 6962 metros o 22,841 pies sobre el nivel del mar.


Como la Cordillera de los Andes actúa como una pared entre el Océano Pacífico y el continente esto hace que las montañas tengan un impacto considerable en el clima de la región. Por ejemplo, la parte norte de los andes es típicamente lluviosa y calurosa; igualmente el clima es húmedo en la parte occidental de los Andes centrales y del sur oeste. Mientras que el oeste es seco y dominado por el desierto de Atacama al norte de Chile. Y sobre las planicies occidentales argentinas las montañas forman una cubierta lluviosa provocando un clima seco.


Las montañas de los Andes en Suramérica son en el hogar del 99% de los glaciares tropicales. Es decir, de los ríos de hielo que se encuentran en elevaciones muy altas sin ser afectados por las temperaturas típicas del trópico.


Igualmente los Andes son el hogar de 50 volcanes. El más alto del mundo, si es medido desde el nivel del mar, alcanza los 22,615 pies o sea 6893 m. Y dicho volcán, llamado ojos del salado está entre en la frontera entre Chile y Argentina.


Muy bien mis queridos oyentes antes de finalizar el programa los dejo con una adivinanza que viene de la región andina específicamente de Chile:


A la boca sube rica, de la boca baja pobre. La cuchara.

Y esto es todo por hoy, tres cuentos les dice que no hay nada mejor que tener un familiar o un buen amigo en el que se pueda confiar cuando más se lo necesita.


En nuestro último episodio de la niñez heroica, muchos saldrán en busca de un lago mágico cuyas aguas pueden salvar a un príncipe, pero sólo alguien con un corazón generoso y algo de suerte logrará traer las aguas mágicas. Hasta el siguiente cuento, adiós, adiós.


Créditos

Tip Toes - Myuu

Anxios – Sextile

Lighting Bug – Geographer

A fever – Devon Church

Weak Knight – Devon Church

On transience – Coyote Hearing

Thinking About – Jeremy Korpas

Saving the world - Aaron Kenny

Constancy – The Descent by Kevin MacLeod is licensed under a Creative Commons Attribution license (https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/)

Source: http://incompetech.com/music/royalty-free/index.html?isrc=USUAN1100774

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