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Carolina Quiroga-Stultz

34 - Día de los Muertos



Antonio no cree que los muertos regresan una vez al año. Después de que se entera acerca de una antigua creencia para comprobar que los muertos vuelven, Antonio hace el experimento y recibe un buen susto. En los comentarios hablamos sobre los orígenes indígenas del Día de los Muertos, qué se ofrece en el altar y algunas de las influencias cristianas en dicha celebración.





En ningún tiempo, en ningún tiempo cesará

(Poema Nahua)

En ningún tiempo, en ningún

tiempo cesará tañer y cantar al sol:

goza, oh príncipe mío,

tú no siempre estarás en la tierra:

hemos de irnos mañana o pasado.

Da deleite a las Águilas y Tigres:

nuestra gala única son las flores.

Todo el mundo en la tierra piensa:

y brotan a nuestros ojos las

flores.

Oh, tú por quien se vive,

¿cuál es tu riqueza, cuál tu

ramillete?

¡Flores preciosas que a maíz

huelen, se tomen prestadas en la tierra!

¿Qué? ¿Hemos de llevarlas al

Lugar de los descarnados?

¿Las llevaremos a tu casa?

(Poema citado por Juanita Garcíagodoy. Fuente original Historia de la literatura náhuatl de Garibay K.)


Bienvenida

Hola, ¡hola! queridos oyentes de Tres Cuentos, el podcast bilingüe dedicado a las narrativas literarias, históricas y tradicionales de Latinoamérica. Soy Carolina Quiroga-Stultz, y hoy estamos haciendo un programa especial dedicado al El Día de los Muertos, y con este episodio damos por terminada la programación del año 2020.


En el 2014, cuando me mudé a Texas, me enteré de esta maravillosa celebración que honra y da la bienvenida a los antepasados. Siempre me ha interesado el más allá, hasta el punto de que consideré estudiar teología sólo para averiguar más acerca de cómo las diferentes doctrinas manejan, exploran y explican el más allá. Este año especialmente, he estado leyendo libros acerca de la vida después de la muerte y escuchando maravillosos maestros y guías espirituales que han abierto mis ojos y alma a las cosas que, durante mucho tiempo, he anhelado saber.


De hecho, en mi repertorio de narradora oral un gran número de las historias que cuento están relacionadas con fantasmas, brujas, mitología y temas por el estilo. Curiosamente, a través de los años, y gracias a El Día de los Muertos y una exploración espiritual, he llegado a entender mucho más acerca del llamado “más allá”. Ahora incluso puedo explicar cuan erróneos son viejos conceptos que muchos hoy día repiten como si fueran un credo. Pero todo lo que he aprendido es tema para un podcast muy diferente.


Hoy sólo quiero acercarlos a la historia, las tradiciones y las influencias del Día de los Muertos, así que comencemos entonces con un cuento.

Incredulidad

Contado por Francisco González Sol

Adaptado por Carolina Quiroga-Stultz

En el estado de Morelos, en las afueras de la ciudad mexicana de Cuernavaca, se encuentra el pequeño Pueblo Ocotepec. Dado que la mayoría de la gente en la ciudad es de ascendencia indígena, continúan hablando náhuatl y observando las costumbres de su pueblo. Una de estas costumbres es la celebración del Día de los Muertos.


Este día es celebrado con gran respeto, especialmente por los ancianos. Pero con el tiempo las tradiciones han cambiado. Con la llegada del catolicismo y la cultura mestiza, muchas de las generaciones más jóvenes ya no practican las viejas creencias.


En el centro del pueblo de Ocotepec vivía la familia Ortiz. Los padres, Demetrio y Lupe, tenía tres hijos, dos hijas Hortensia y María, y un hijo, Antonio. Aunque Demetrio había dado ejemplo enseñado a sus hijos de cómo vivir en armonía con la naturaleza y continuar la tradición, Antonio se negaba a creer en las costumbres de su pueblo. Por el contrario, desde que había asistido a la escuela secundaria en la gran ciudad de los mestizos, se había vuelto arrogante y desinteresado.


Los fines de semana Demetrio, el padre, despertaba a Antonio temprano y lo llevaba al maizal. "Vamos mijo, vamos a ver cuánto ha crecido el maíz"


El aire de la mañana era fresco, y los pájaros cantaban felizmente anunciando la llegada de un nuevo día. Demetrio continuaba "Llevaremos a Pecas y Toro con nosotros mijo. Ya están esperando afuera". Los dos perros de la familia seguían a Demetrio donde fuera. Eran sus mejores amigos.


Mientras tanto, Antonio pensaba: "No quiero ir a la Milpa. No entiendo por qué mi padre insiste en enseñarme a labrar la tierra y cuidar las cosechas. ¡Voy a ser médico cuando sea grande!"


Con Antonio quejándose por el camino, así los dos se dirigieron al campo. Las visitas a la Milpa siempre eran una forma de instrucción en el aula. Mientras caminaban, Demetrio le enseñaba a su hijo los nombres de las diversas plantas y explicaba su uso medicinal. Señalaba diferentes tipos de árboles y explicaba cómo distinguir la canción de un pájaro de la de otro. Una vez que llegaban a la Milpa, la instrucción se concentraba en el cuidado de la tierra.


Demetrio decía "Mijo, el maíz no crece por sí solo. Como tú, requiere amor y cuidado. Cuando la planta crece fuerte y saludable, nos da maíz. Este maíz es sagrado para nuestro pueblo como tú lo eres para mí. Recuerda mijo en dos días es el Día de los Muertos. Cosecharemos parte del maíz tierno. A tu bisabuelo le gustaba su maíz a la parrilla, y a tu bisabuela le gustaba la calabaza. Vamos a llevar algo de eso, también.


Antonio respondió: "¡Papá sólo los indios creen que los muertos vienen a comer! ¡Los Muertos no vuelven!"


Demetrio movió la cabeza con tristeza, esperando que algún día su hijo cambiara de opinión.

En el camino a casa padre e hijo se detuvieron a tomar agua de un manantial natural y recogieron frutos silvestres para la ensalada. Más adelante, recogieron hierbas para la sopa y semillas del árbol de colorín para dar sabor a los frijoles. Regresaron a la ciudad a finales de la tarde.


Los dos perros, Pecas y Toro, fueron los primeros en entrar en la casa, mientras que Antonio se fue en busca de sus amigos. Luego, Demetrio fue a la cocina para darle a su esposa Lupe las verduras y hierbas que había recogido y se quedó charlando con sus hijas y esposa.

Demetrio dijo: "Pronto será el Día de los Muertos. ¿Qué vamos a hacer?"


Lupe respondió: "No se preocupe mijo. Demetrio, yo tengo todo listo. Los ingredientes han sido molidos para el mole y los tamales ya están cocinando. Mañana hornearé el Pan el Muertos e iré a los campos para cortar flores de cempazuchitl. En el camino de regreso, voy a pasar por la casa de mi comadre, Tiburcia, para comprarle algunas de sus velas. ¡Ella siempre me da un buen precio!"


Demetrio pensó, "todo está listo. ¡Que Bueno! No sentiré tristeza cuando muera porque sé que mi familia me esperará con toda esta maravillosa comida en "¡El Día de los Muertos!"

Después de algún tiempo, Demetrio se dio cuenta de que Antonio no estaba en la casa y preguntó. "¿Dónde está Antonio?"


Lupe dijo "Afuera con sus amigos. No volverá a casa hasta tarde, y como de costumbre estará borracho. Debes hablar con él, Demetrio. Necesita comportarse mejor si quiere tener un buen futuro"


Por fin, el Día de los Muertos llegó. La mañana del 31 de octubre se dedicada a limpiar y deshierbar los cementerios, pintar las lápidas y colocar flores frescas en las tumbas. Las mujeres pasaban el día cocinando platos tradicionales para la ocasión especial. Demetrio trabajó felizmente en el cementerio pensando, "Esta noche después de haber preparado la ofrenda para los muertitos, todos volveremos aquí para celebrar hasta el amanecer. ¡Será una fiesta maravillosa!"


Cuando terminó en el cementerio, Demetrio se dirigió a casa. Mientras caminaba, oyó a las mujeres preparar tortillas para la noche. La fragancia del mole y los tamales que se cocinaban a fuego lento llenaba el aire. Demetrio cerró los ojos recordando un antiguo poema náhuatl:


No siempre hemos de permanecer en esta tierra.

Hasta el Jade puede romperse.

Incluso las plumas finas se destrozan.

No siempre hemos de permanecer en esta tierra.


Para cuando Demetrio llegó a casa, la familia estaba reunida y esperando a que oficiara la celebración de la ofrenda, porque él era el miembro mayor de la familia. Todos estaban allí excepto Antonio. Como ya no podían esperarlo más, comenzaron a invitar a las almas de todos los que habían muerto a venir y participar de su ofrenda.


Mientras llamaban cada alma, colocaban en la ofrenda los artículos especiales que pertenecían a esa persona. Luego encendieron las velas para cada alma, y dispusieron vasos de agua para aquellos que no tenían a nadie que les preparara comida; al menos tendrían agua para saciar la sed mientras viajaban de regreso al inframundo.


Una vez que el nombre de cada persona había sido llamado la familia fue a la cocina a cenar. Hablaron de sus abuelos y de otros que habían muerto. Después de la cena recogieron ofrendas adicionales, copal y velas para llevar al cementerio. En el camino se encontraron con sus compadres, que también iban al mismo cementerio.


Un vecino saludó a Demetrio "Buenas noches, vecino"


Demetrio saludó y preguntó "Buenas noches, Juan. ¿Has visto por casualidad a mi hijo, Antonio!


El vecino respondió, "Sí, compadre. Lo vi bebiendo cerveza con sus amigos. Le dije que se fuera a casa ya que probablemente ustedes lo estaban esperando, pero me dijo que no iría. Dijo que no creía en estas supersticiones, que era una persona civilizada y que no se inclinaría a tal nivel"


Demetrio asintió con la cabeza y agradeció al vecino. Su corazón estaba pesado, deseaba que Antonio cambiara de opinión.


Mientras tanto, Antonio y sus amigos estaban en la esquina de la calle bebiendo. José, un amigo de Antonio comenzó a hablar acerca de El Día de los Muertos, "Antonio, tu no crees en esas cosas, ¿verdad?"


Antonio se rio "Pos no! ¡Claro que no! Cuando mueres, te entierran, y eso es todo. Nunca he visto ni oído un espíritu. ¡Estas cosas sobre los muertos que regresan cada año es pura superstición, bobadas, tonterías!"


Sin embargo, en ese momento, Pepe, otro amigo, habló, "Bueno, yo lo creo, y mi tío me dijo que es muy fácil de probar"


Antonio se rio "Seguro! Esto suena como un engaño. Pero cuéntanos de todos modos. ¿Cómo se supone que lo puedes demostrar?"


Pepe continuó, "Todo lo que tienes que hacer es limpiarle la lagaña al perro, es decir los mocos oculares y frotarlo en tus párpados, y verás todo lo que ven, porque los perros pueden ver el mundo de los espíritus"


Después de un tiempo, la conversación cambió hacia a otros temas, y más licor fluyó. Más tarde, Antonio dejó a sus amigos y se fue al cementerio ya que todo el pueblo estaba allí.

En su camino pensó en lo que Pepe había dicho. “¿La lagaña del perro? ¡Sin duda esa era otra locura que la gente cree!


Al llegar al cementerio, se sentó y observó a la gente, aspirando el aroma del incienso y las flores. Pecas y Toro, los perros de la casa encontraron a Antonio y felizmente corrieron hacia él moviendo sus colas. Una vez más, el joven pensó en lo que Pepe le había dicho sobre la lagaña del perro, y se dijo, "Voy a probar que eso es una superstición. ¡Voy a hacer un experimento!"


Antonio llamó a Toro, el perro de su padre recogió un poco de la lagaña de la esquina del ojo de Toro y se la frotó en los párpados.


Luego, miró de nuevo al cementerio y a la gente delante de él, pero nada parecía diferente. Pensó, "¡Ya decía yo, eso es lo que pensé! ¡la ignorancia hace que la gente crea muchas cosas!"


De repente oyó a alguien llamar su nombre: "¡Hola, Antonio! ¡Que tal! ¿Te importa si me siento contigo un momento? Estoy muy cansado"


Antonio miró al recién llegado y pensó que la voz del extraño sonaba familiar. Trató de ver la cara del visitante, pero el hombre llevaba un viejo sombrero ancho que le caía sobre la frente.

Entonces Antonio dijo, “¡claro, por supuesto! Siéntese."


Luego el extraño hablo, "Antonio, ¿no sabes quién soy? Soy tu amigo, Rafael"


Ahora Antonio reconoció la voz. Este era un amigo suyo que había muerto el año anterior. Por un momento, Antonio pensó que sus amigos le estaban juagando una broma. Con un movimiento rápido, Antonio volcó el sombrero de la cabeza de Rafael. A la luz de las velas parpadeantes que estaban a su alrededor, vio un cráneo, sin piel, blanqueado y liso, con dientes blancos brillantes que parecían estar sonriéndole, y donde debía haber ojos había solo dos las profundidades huecas. ¡Estaba cara a cara con el esqueleto de Rafael!


Antonio pensó que tenía que esto era una pesadilla, así que se frotó los ojos para despertarse, pero no funcionó. Al darse cuenta de lo que realmente era este encuentro, Antonio se asustó tanto que corrió gritando por el cementerio en busca de su familia. Mientras corría aterrorizado, se topó con una persona tras otra, y cuando miraba sus caras, rostros huesudos lo miraban hacia él. Cuando tendió la mano para tocarlos, ¡sintió huesos fríos!


Incapaz de encontrar a su familia en el cementerio, Antonio corrió a casa. Irrumpió en la habitación donde estaba la ofrenda y vio gente comiendo. Pensó que era su familia, y lo eran, pero no los que estaba buscando.


A medida que se acercaba a ellos, las personas sentadas junto a la mesa se volvieron hacia él, pero ellos también eran esqueletos.


Por fin Demetrio y su familia regresaron a casa al amanecer para encontrar a Antonio agachado en el suelo en el medio de la habitación, mirando fijamente al vacío, murmurando palabras incoherentes. ¡Parecía que Antonio se había vuelto loco!


Durante una semana Antonio no habló con nadie y si alguien intentaba preguntarle lo que había sucedido, empezaba a orar.


Al siguiente año en el Dia de los Muertos, Antonio se aseguró de preparar algunas de las mejores ofrendas jamás vistas en su familia, para sus parientes muertos e incluso para su amigo Rafael, porque honestamente Antonio no quería volver a ver a esos esqueletos en persona.


Fin


Comentario


Muy bien queridos y queridas oyentes me complace decir que estoy lista para comenzar la exploración de las raíces de una celebración tan linda como es El Día de los Muertos.


El Día de los Muertos es ampliamente celebrado en México, pero es más sentido por los pueblos indígenas de todo México y partes de Centroamérica. Hoy en día, 41 grupos étnicos de todo México honran a sus muertos. Sus celebraciones comienzan entre el 25 y el 30 de octubre, y terminan entre el 1 y el 3 de noviembre. Sin embargo, hay ciertas comunidades indígenas donde la celebración dura todo el mes de noviembre.


¿Y por qué es tan importante celebrar a los muertos?


En el siglo XVI, Bernardino de Sahagún, un misionero franciscano que escribió sobre los pueblos indígenas de la Nueva España, hoy México, dijo que era una tradición de los nativos que "cuando una persona había muerto, la gente decía que era un teotl, lo que significa que estaba muerto, y a partir de ahí se convertiría en un espíritu o una deidad”.


Una creencia heredada de la antigua tradición mesoamericana asegura que las almas de los muertos alcanzaban un estatus semi-divino. Este nuevo estatus les otorgaba el poder de convertirse en defensores de los vivos, incluso ante los viejos dioses, los santos o el dios cristiano. De esta manera, con una cálida bienvenida de regalos y comida, los vivos desean persuadir a los espíritus para que aboguen en su favor.


Sin embargo, esto no significa que lo que se ofrece sea una especie de transacción comercial o un soborno. Durante el Día de los Muertos, tanto los muertos como los vivos reconocen que necesitan y deben confiar el uno en el otro.


Entre el pueblo Yaqui en el estado de Sonora, en México, se cree que hay ciertos días en que el muro entre los dos mundos se vuelve tan poroso que los vivos y los muertos pueden atravesarlo sin estar sujetos a las leyes del espacio y el tiempo. Entonces, es un momento en el que ambas dimensiones pueden reunirse, y aquellos a ambos lados pueden celebrar y estar agradecidos el uno por el otro.


Durante este tiempo, los muertos esperan que los vivos les proporcionen comida, bebidas, oraciones y otras cosas para el viaje que emprenden cuando visitan, mientras que los vivos confían que los muertos intervendrán en su favor ante los dioses.


Ahora, es importante saber que nadie está obligado a ser parte de esta relación. Las almas no nos obligan a darles nada, a pesar de ciertas historias aseguran lo contrario.


Exploremos las raíces indígenas de El Día de los Muertos


La historia del origen del Día de los Muertos se ha perdido, pero han perdurado rastros de esta antigua tradición. Dado que la celebración ha durado tanto tiempo esto indica que tal tradición ha sobrevivido al adaptarse.


Hay evidencia de que durante el período pre-clásico temprano en Mesoamérica, entre 1500 y 500 a.e.c, los muertos eran enterrados cubiertos con una capa de polvo rojo. También los envolvían en petates, un tipo de estera de caña, y lo enterraban en sus hogares, o cerca, con ofrendas de utensilios utilizados en vida, y con figuras de arcilla y alimentos.


Más tarde, entre 500 y 200 a.e.c, las ofrendas se volvieron más refinadas. Había joyas, espejos de pirita y hasta un perro sacrificado.


Y ¿por qué los muertos necesitaban ofrendas y cuánto tiempo dura el viaje?


Los nahuas creían que el viaje al lugar del más allá, Mictlan, inicialmente tomaba cuatro días. Una vez terminado el viaje, y después de entregar a los señores del lugar las ofrendas que habían traído, los muertos eran enviados a una de las nueve regiones conocidas como Chiconahuapan. El difunto permanecería durante cuatro años, antes de ir al último lugar llamado La obsidiana de los Muertos, donde descansarían para siempre.


También se creía que cuando un alma había llegado a Mictlan, se encontraba con un río que sólo su perro podía ayudarles a cruzar. Bernardino de Sahagún continúa explicando que "Se decía que cualquiera que fuera a pasar miraba al perro. Y cuando [el perro] reconocía a su amo, se arrojaba al agua para llevar a su amo al otro lado. Por lo tanto, los nativos criaban perros".


Curiosamente, ningún perro podía ayudar al difunto a cruzar el río, Sahagún dice "que un perro blanco y uno negro ... no podía llevar al muerto a través del rio... El blanco decía, 'Acabo de lavarme'. Y el negro decía, 'Acabo de ensuciarme'. Sólo el [perro] amarillo podía llevar uno al otro lado".


Así que ahora saben por qué el difunto necesitaba un perro y muchas otras ofrendas. Es importante mencionar que Mictlan, también conocido como el más allá o el lugar de los muertos, fue reinterpretado por las creencias cristianas como el infierno, pero en realidad, no tenía nada que ver con eso.


Las múltiples celebraciones nahuas a sus muertos


Para el antiguo pueblo Náhua, las celebraciones a sus muertos se llevaban a cabo en diferentes ocasiones. En Tlaxcochimaco, el noveno mes del calendario Nahua de 18 meses, que, en nuestro calendario, según Bernardino de Sahagún corresponde del 12 al 31 de Julio, los primeros días estaban marcados por la celebración a los pequeños muertos, los Miccailhuitontli, es decir, aquellos que habían muerto cuando eran niños.


La fiesta duraba 20 días y había ofrendas de verduras. Esta celebración coincidía con la culminación del ciclo agrícola de muchos cultivos antiguos. Era un tiempo de abundancia y, por lo tanto, un tiempo para mostrar gratitud a los dioses y a los espíritus de los difuntos por las cosechas. La gratitud se expresaba compartiendo los bienes. Por lo tanto, los muertos no asustan a los vivos, porque este no es un momento para el duelo. Los vivos acogen a los muertos en brazos abiertos con alegría, respeto y gratitud.


Luego, durante el décimo mes azteca, llamado Xocohuetzi, para nosotros del 1 al 20 de agosto, se iniciaba la conmemoración de los muertos adultos, conocidos como Miccaíhuitl, donde la gente lloraba, ofrecía comida y pulque también. Pulque es una bebida alcohólica hecha de la savia fermentada de la planta maguey (agave).


Para el decimotercer mes, llamado Tepeíhuitl, que para nosotros sería del 30 de septiembre al 19 de octubre, celebraban la fiesta de las colinas, que estaba dedicada al dios de la lluvia, Tláloc, quien vivía en las cuevas de montaña. También eran recordados, aquellos que habían muerto por un rayo o se habían ahogados.


Ya en el mes de Títitl, que iría del 19 de diciembre al 7 de enero, los nahuas honraban a las mujeres que habían muerto en el parto, conocidas como mocihuaquetzque. Aquellos que habían muerto de vejez también eran recordados en ese momento. Durante estos días comían pan agrio y bebían de calabazas agrias de maíz púrpura.


Por último, en el mes de Tóxcatl, para nosotros del 23 de abril al 12 de mayo, a los muertos en general se les ofrecería maíz, mantas, vestidos, comida y otras cosas. Cada familia tenía su propia celebración privada en casa y ofrecían incienso a las imágenes de sus seres queridos que habían muerto.


Aunque pareciera que los antiguos nahuas recordaban a sus muertos la mitad del año, la celebración específica con la que el cristianismo negoció una especie de fusión de las costumbres de ambos mundos fue Miccailhuitontli. Es decir, la celebración en el noveno mes azteca, para nosotros agosto.


¿Y por qué los cristianos unieron celebraciones? Porque los católicos también tenían sus propios días para recordar a los muertos.


Pero en lugar de dejar la celebración en el octavo mes de nuestro calendario gregoriano, se trasladó al 1 y 2 de noviembre, para que coincidiera con las celebraciones cristiana de Todos los Santos y las Almas Benditas. Exploraremos este tema más adelante.


Entonces, ¿y dónde irían las almas?


Mientras que la creencia cristiana sostiene que los méritos y los defectos determinan a dónde va un alma, para los nahuas y otras comunidades indígenas era la forma en que alguien muere la cual determinaba la vida después de la muerte.


Así, los guerreros que habían muerto en la batalla acompañaban el disco solar desde el amanecer hasta el mediodía en forma de mariposas o papalotl. Desde el mediodía hasta el atardecer, acompañaban al sol las mujeres que habían muerto en el parto. Mientras que los niños iban al lugar donde el árbol Chichicuáhutil alimentaba a los bebés con leche que fluía de sus ramas.


Aquellos que se habían ahogado o habían muerto por un rayo irían a Tlalocan, el lugar feliz del dios de la lluvia Tláloc. Sin embargo, el buen Tlaloc también recibía a aquellos que habían muerto de enfermedades incurables, porque habían sufrido más que otros en esta vida.

Y finalmente, si alguien había muerto de vejez o de una enfermedad, irían a Mictlan (el más allá, lugar de los muertos o del inframundo) una región sombría gobernada por Mictecacíhuatl y Mictlantecuhtli (la dama y señor de Mictlan).


Hoy en día, estas antiguas creencias todavía dan forma a la llegada de los muertos durante las celebraciones del Día de los Muertos. Juanita Garciagodoy en su libro Digging the Days of the Dead (Desenterrando el Día de los Muertos) recuerda una entrevista publicada en un periódico mexicano llamado Uno más uno, donde Juan Tecpa Uribe residente de Tlaxcala explica:


"Las fiestas de los muertos están divididas porque algunos muertos necesitan más tiempo para estar con su familia; el 28 de octubre llegan los que murieron de una muerte violenta. Como no pudieron despedirse de su familia antes de su muerte, se presentan ante el resto de los espíritus para reconciliarse con el mundo que dejaron. El 29 llegan aquellos que se ahogaron y que, creemos, fueron elegidos por el dios de la lluvia para residir con él en su reino. El día 30 llegan los espíritus de los niños, seguidos el día 31 por los adultos. El 1 de noviembre es cuando todos los muertos están juntos y comen todos los alimentos colocados en la ofrenda, de la que se cree que las propiedades nutricionales se pierden después de estas fechas."


¡Muy bien! Tomemos un breve descanso para que pueda asimilar toda esa información. Propongo que escuchemos otro poema antes de abrirle la puerta a las coloridas tradiciones asociadas con El Día de los Muertos.

Estaba la muerte seca,

sentada en un muladar,

comiendo tortilla dura,

pa’ver si podía engordar.

Estaba la muerte seca,

sentada en un carrizal,

comiendo tortilla dura,

y frijolitos sin sal.


(Verso tradicional citado por Martel Díaz Cortés en el libro de Juanita Garcíagodoy, Digging the Days of the Dead)


Ofrendas


Se dice que la muerte no puede llegar a nosotros mientras haya alguien que nos recuerde. En ese sentido, el que regresa "es el que se nos adelantó", al que pronto encontraremos y viene con el mensaje de que el "más allá" existe, que los ritos que realizamos funcionaron. La muerte, entonces, es el umbral que cruzamos de aquí para allá.


Es por eso por lo que el Día de los Muertos, no está marcado por el luto. No hay dolor. ¡Un antepasado no debe ser recibido con lágrimas, sino con fiesta! Las puertas están abiertas al visitante que viene del más allá. Se le ofrece abundancia de comida porque le estamos agradeciendo por interceder en nuestro nombre por una buena cosecha.


En este escenario, la ofrenda tiene un papel importante. Es el eje de toda la celebración. La ofrenda se prepara y se exhibe como expresión de gratitud, amor y veneración. Para muchos la ofrenda es una manera de complacer a los muertos y evitar su decepción, algo que podría traer represalias, como algunos cuentos lo han predicho.


Ahora, este miedo de cómo los muertos pueden reaccionar al ver sus propias ofrendas, probablemente fue un rasgo heredado del cristianismo. Como aprendimos anteriormente, los indígenas estaban familiarizados con el concepto de la muerte y lo celebraban en numerosas ocasiones.


Ellos no le temían a los muertos. Es en el cristianismo que encontramos el miedo a la muerte, el tormento que un alma tendrá que soportar si no vivió en consecuencia a los mandatos de la religión. Así pues, que del cristianismo es que nos llega el imaginario que hoy día tenemos de los fantasmas, del infierno, del purgatorio y del cielo.


Esto no significa que los cristianos se inventaron todo eso, más bien que después de batallar para convertir a otros grupos, el cristianismo acabo absorbiendo muchas de esas creencias antiguamente paganas. Todos esos conceptos finalmente influyeron en la actual celebración del Día de los Muertos, pero explicaremos esto más adelante.


Entremos en detalle a hablar de las ofrendas.


Una ofrenda completa incluye flores, comida, bebidas, imágenes religiosas, el retrato el fallecido y velas. Sin embargo, podría incluir mucho más.


Hace unos minutos explique que muchos grupos indígenas en México y otras comunidades en Centroamérica, pueden tener una celebración más larga del Día de los Muertos. La longitud de la fiesta está determinada por sus raíces y creencias más antiguas. Sin embargo, la celebración en la que nos centraremos es la más conocida y practicada.


Por lo tanto, La fiesta del Día de los Muertos, en su mayoría se celebra a del 31 de octubre al 2 de noviembre. Porque los dos primeros días de noviembre son las fechas honradas por la Iglesia Católica a la memoria de "Todos los Santos" y las "Almas Benditas".


La ofrenda se organiza en un altar y este se dispone en una habitación, pasillo o esquina de la sala, en una mesa o estante. Se cree que el número de niveles que tiene un altar representa los niveles de existencia. Los altares más comunes tienen dos niveles, que representan el cielo y la tierra.


Las ofrendas y su significado


Retrato. La imagen de los muertos indica al alma qué altar es el que debe visitar.


La cruz. Se utiliza en la mayoría de los altares y es un símbolo introducido por los misioneros españoles, pero hoy en día hace parte de muchas tradiciones indígenas.


Una imagen de las Almas Benditas. Una imagen que representa las almas en el purgatorio se coloca para interceder por el pariente muerto en caso de que todavía esté en ese lugar.


Copal o incienso. El copal es un elemento prehispánico que purifica las energías de un lugar y el del que lo utiliza. En el pasado era una ofrenda a los dioses que transmitía alabanzas y oraciones.


El arco. El arco va en la parte superior del altar y representa la entrada al mundo de los muertos. Está adornado con limonaria, conocida como citronela y la flor de cempoaxóchitl.


Papel picado. Este papel cortado representa la festividad de la celebración y el viento.


Velas. Se les considera la luz que guía el mundo y símbolo del amor eterno, la fe y la esperanza. Las velas grandes se pueden organizar de acuerdo con los cuatro puntos cardinales, mientras que las velas más pequeñas se pueden organizar como un camino al altar.


Agua. Refleja la pureza del alma, la regeneración de la vida y la cosecha. Además, se sirve un vaso de agua al espíritu para saciar su sed, porque el viaje del lugar de los muertos a nuestros hogares es largo.


Flores. Están en cada altar y en la tumba. La flor de cempoaxóchitl sirve para guiar a los muertos a nuestro mundo y mantiene a los insectos alejados del altar.


Calaveras. Las calaveras se distribuyen por todo el altar, y se pueden hacer de azúcar, arcilla o yeso. Están decoradas en colores y recuerdan a los vivos que la muerte siempre está presente.


Comida. Es importante ofrecer a los muertos su plato favorito, pero si eso no es posible, cualquier otra cosa esta bien, ellos llegan hambrientos, por lo que no van a ser muy exigentes. En la mayoría de las comunidades preparar la comida para la ofrenda es la tarea más intensiva y costosa.


Pan de muerto o tamales. El pan representa la masa y fue añadido a la tradición por los misioneros españoles. A menudo el pan tiene la forma de un muertito, una persona muerta, o como una cúpula redonda, y está cubierto de polvo de azúcar y hecho con anís. Los tamales se pueden servir como alternativa al pan.


Bebidas alcohólicas. No son necesarias a menos que los muertos a menudo disfrutaran de un traguito, un sorbo de tequila, pulque o mezcal.


Pertenencias personales. Estas pertenencias tienen el propósito de traer a los muertos recuerdos de su vida anterior.


Es importante saber que una vez que las almas de los muertos han llegado al altar, se advierte a los vivos de no tomar nada de la ofrenda porque los muertos "pueden venir por la noche y jalarles los pies".


Cuando los altares y las ofrendas están listos, los muertos son llamados o recibidos con petardos. Sin embargo, en la mayoría de las ciudades las campanas de la iglesia suenan en ciertas tonadas dependiendo del día y los muertos al que le están dando la bienvenida.


Las comunidades más tradicionales dedican a veces un altar y en ocasiones un día entero al ánima sola, quien no tiene quien la recuerde y alimente. Por ejemplo, en San Andrés de Mixquic, en la ciudad de México se arregla una ofrenda para “Todos los Muertos”. En Xochimilco sur de la ciudad de México, un grupo de cargueros, o personas mayores encargadas van de casa en casas solicitando elementos de los altares de las familias para la ofrenda que se dispone para el anima sola.


¿Dónde más podemos traer ofrendas a los muertos?


Hay otro lugar para las ofrendas, las tumbas. Por lo tanto, la mayoría de las familias limpian las tumbas de sus muertos en preparación para su visita. En muchas comunidades, las tumbas están decoradas con la flor de cempoaxóchitl. Colocan ofrendas de copal-incienso, velas, calaveras (cráneos de azúcar) y alimentos, en lugar de, o además de los altares que tienen en casa.


La tradición dice que, en algunos hogares, los miembros de la familia pueden turnarse para visitar a la tumba toda la noche y así disfrutar de la presencia de los huéspedes desencarnados. Juanita Garcíagodoy en su libro Digging the Days of the Dead, (Desenterrando el Día de los Muertos), cuenta que, en lugares como Mixquic y Xochimilco, los sacerdotes locales celebran misa en los cementerios.


Dependiendo de las tradiciones del lugar, los cementerios pueden ser iluminados con velas para que los espíritus puedan ver su camino de regreso. Se reproduce música o canciones, y se hablan palabras de despedida.


¿Y qué pasa con las ofrendas de comida después de que los muertos se han ido?


Se cree que los muertos no toman las ofrendas físicas; más bien se llevan su esencia. Según Juanita Garcíagodoy muchos informantes han dicho que pueden decir que el sabor y el aroma de la ofrenda se ha consumido. Algunos ancianos cocinan las ofrendas con más sabor, porque "es el sabor o el aroma lo que el muerto se lleva".


Más tarde, después de la partida de los muertos, los vivos comen las ofrendas de comida. Se ha señalado que cuando los niveles de agua en los vasos en el altar son bajos eso significa que los muertos han calmado su sed.


Ahora, hagamos otra pausa con un corto poema, antes de revisar las influencias extranjeras en El Día de los Muertos.

Y la Muerte dijo:

Emperador, tu espada no te ayudará

El Cetro y la corona no valen nada aquí

Te he tomado de la mano

Porque tú debes venir a mi baile.


Juanita Garcíagodoy, nos dice que El Día de los Muertos no sólo tiene raíces en las antiguas prácticas indígenas de muchas de las culturas que los españoles encontraron hace 500 años en lo que hoy es México y Centroamérica, sino que también ha sido influenciado por el catolicismo y otras creencias culturales extranjeras. Incluso las tradiciones españolas eran una amalgama, es decir una mezcla de otras culturas.


Del catolicismo, una rama del cristianismo, hemos heredado las fiestas de Todos los Santos y Todas las Almas también conocidas como Almas Benditas. Sin embargo, sus orígenes todavía están en debate.


Así que, comencemos con el Día de Todos los Santos


Rosalind Rosoff Beimler autor del libro Los días de los muertos, afirma que "los ritos funerarios católicos fueron una adaptación de las ceremonias egipcias a Osiris, dios de la vida, la muerte y el grano, que fue asesinado en el decimoséptimo día del mes otoñal de Athyr, que corresponde a noviembre del calendario gregoriano. Alrededor de ese tiempo, los egipcios creían que los espíritus de los muertos visitaban sus hogares familiares. Los parientes disponían lámparas para guiar a los espíritus hasta donde estaba lo que se les había preparado. Con el tiempo, estas prácticas fueron llevadas a Europa por los romanos e influyeron en el cristianismo".


Según algunos relatos, en el siglo VIII, el Papa cristiano Gregorio III (731-741) dio un oratorio en la Basílica de San Pedro en honor a todos los santos el 1 de noviembre. La razón principal para establecer un día de fiesta para todos los santos fue por el deseo de honrar al gran número de mártires cristianos que habían muerto en el siglo III, especialmente bajo el gobierno del emperador Diocleción (284-305).


Más tarde, el Papa Gregorio IV pidió al rey Luis el Piadoso (778-840) que proclamara el 1 de noviembre como al Día de Todos los Santos en todo el Sacro Imperio Romano. Hoy, dicho día reconoce a todos los santos y mártires cristianos del pasado, presente y futuro.


El Día de Todas las Almas o las Almas Benditas


El 2de noviembre es cuando el cristianismo celebra el Día de las Almas Benditas. Su propósito es celebrar e interceder en nombre de las almas de los muertos que se cree que están en el purgatorio (un lugar entre mundos) donde están sometidas a un proceso de "purga" por los errores que cometieron mientras vivían. En consecuencia, sus parientes y amigos vivos pueden orar y ofrecer misas por sus muertos con la esperanza de que estas aceleren la purificación del alma en cuestión.


Según Elizabeth Carmichael y Chloe Sayer, autores del libro El esqueleto en la fiesta, el "Día de las Almas Benditas tardó cuatro siglos en ser ampliamente aceptado". ¿Por qué? Porque sus orígenes estaban arraigados en muchas tradiciones paganas que pretendían apaciguar y honrar a los muertos. Los cristianos de la época vieron esto como sacrilegio y herejía. Recuerden que, para la concepción cristiana del mundo, a la muerte se le tiene miedo, mientras que para muchos pueblos nativos en la vieja Europa y en las Américas, la muerte era, y es parte de la continuación de la vida, y el miedo no debe hacer parte del asunto.

Durante mucho tiempo, los funcionarios cristianos trataron de erradicar tales rituales paganos, pero la única práctica que incluía festejar con los muertos en los cementerios del Mediterráneo demostró ser imposible de destruir.


Elsa Malvido, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México, comenta que, en las Américas, "durante muchos años los indios fueron perseguidos por llevar ofrendas a las tumbas de sus muertos, mientras que en el mismo período los españoles fueron enterrados con vino y pan, y se ofrecieron banquetes a los españoles muertos en sus hogares. [También] este acto de devoción, inspirado en las prácticas paganas, fue prohibido por San Ambrosio y reemplazado por los servicios eucarísticos. Sin embargo, se ha conservado en la iglesia cristiana oriental, y las huellas de ella permanecen en nuestro folclore".


Malvido nos cuenta que, en Tenerife, la isla más grande de las Islas Canarias de España "En los pueblos, la muerte de una persona no pasa desapercibida porque los pequeños pueblos estaban marcados por las tareas agrícolas y el cambio de estaciones. Ningún vecino puede ignorar la muerte y, de una manera u otra, su participación en el evento es inexorable. La casa de los difuntos se convirtió en el centro de la actividad social, cuyos habitantes encontraron pocas oportunidades para conocerse y saludarse".


Malvido sigue diciendo, "Podemos pensar que el Día de Muertos ha existido desde siempre, mucho antes de que la Iglesia, siempre atenta a las fiestas paganas, fijará una fecha para ello. [Porque] coincide con el final del otoño, las cosechas y la preparación para el invierno. En los orígenes de estas celebraciones, encontramos una mezcla de paganismo y cristianismo. Aunque pueda parecerlo, no es una fiesta triste. Al recordar a los muertos, se celebra la vida, y los temores se disipan contando historias, comiendo y bebiendo".


Así que, como ven a mis amigos y amigas, la muerte se celebra en muchos más lugares que en México.


Hay tanto más que podríamos decir acerca del Día de los Muertos, podríamos hablar de las Calaveras Literarias y de Guadalupe Posada, pero lo dejaremos para otro especial. Mientras tanto, les dejo con un poema.

Poema del Rey Poeta Nezahualcóyotl

¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?

Nada es para siempre en la tierra:

Sólo un poco aquí.

Aunque sea de jade se quiebra,

Aunque sea de oro se rompe,

Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.

No para siempre en la tierra:

Sólo un poco aquí.

Despedida


Con este programa nos despedimos del año 2020, si vives en los Estados Unidos, te deseo sinceramente un bonito Día de Acción de Gracias, y para todos nuestros oyentes alrededor del mundo, ¡que tengan un buen fin de año y un próspero, esperanzador y saludable 2021! ¡Volveremos en enero con más historias!


¡Hasta el siguiente cuento! Adiós, adiós.


Créditos Musicales

Danse Macabre - Busy Strings by Kevin MacLeod is licensed under a Creative Commons Attribution license (https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/) Source: http://incompetech.com/music/royalty-free/index.html?isrc=USUAN1100556

South Of The Border by Audionautix is licensed under a Creative Commons Attribution license (https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/) Artist: http://audionautix.com/Epic Unease

Future Ancient Now – Nathan Moore

Lasting Hope by Kevin MacLeod is licensed under a Creative Commons Attribution license (https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/) Source: http://incompetech.com/music/royalty-free/index.html?isrc=USUAN1100178

Cumbia No Frills Faster by Kevin MacLeod is licensed under a Creative Commons Attribution license (https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/) Source: http://incompetech.com/music/royalty-free/index.html?isrc=USUAN1100275

Infados by Kevin MacLeod is licensed under a Creative Commons Attribution license (https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/) Source: http://incompetech.com/music/royalty-free/index.html?isrc=USUAN1100449


Bibliografía

  1. Digging the Days of the Dead. Juanita Garciagodoy. University Press of Colorado. 1998.

  2. Mexicolore: https://www.mexicolore.co.uk/aztecs/ask-us/how-did-dogs-act-as-guides-for-souls

  3. La Festividad Indígena Dedicada a los Muertos en México. Coordinación Nacional de Patrimonio Cultural y Turismo. URL: https://www.cultura.gob.mx/turismocultural/publi/Cuadernos_19_num/cuaderno16.pdf

  4. Día de Muertos. La celebración de la Fiesta del 2 de noviembre en la segunda mitad del siglo XIX. Guadalupe Ríos, Edelmira Ramírez, Marcela Suárez.Colleción Molinos de Viento. Serie Mayor. Tradiciones. Universidad Autónoma Metropolitana.1995. URL: http://historiaycultura.azc.uam.mx/libros/Dia_de_muertos.pdf

  5. El altar de Muertos: origen y significado en México. Patricia Beatriz Denis Rodríguez, Andrés Hermida Moreno y Javier Huesca Méndez. Revista de Divulgación Científica y Tecnológica de la Universidad Veracruzana. Volumen XXVV. Número 1. Enero-Abril 2012. URL: http://www.seg.guanajuato.gob.mx/Ceducativa/CDocumental/Doctos/2013/Octubre/El%20altar%20de%20muertos.pdf

  6. The Poet King of Tezcoco. A great Leader of Ancient Mexico. Francisco Serrano. Illustrated by Pablo Serrano. Groundwood Books. House of Anansi Press. Toronto, Berkeley, 2006.

  7. Fiesta de los Finaos. Website Isla de Tenerife Vivela. URL: https://www.isladetenerifevivela.com/2013/10/fiesta-de-los-finaos.html

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