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24 - Narrativas Precolombinas


Se dice que el sabio rey y poeta Nezahualcóyotl, tuvo una vida épica, de persecuciones, grandes construcciones, alianzas y conquistas. Pero poco se habla de cómo la pasión lo llevó a cometer un error que la vida se aseguró cobrarle. Más adelante hablamos de las contradicciones de Nezahualcóyotl, las cuales se basan en lo reportado por muchos cronistas.


Fuentes:

.- Historia Antigua y de la Conquista de México. Tomo Tercero. Lic. Manuel Orozco y Berra. Tipografía de Gonzalo A. Esteva. San Juan de Letran número 6. 1880. México. URL: http://www.cervantesvirtual.com/obra/historia-antigua-y-de-la-conquista-de-mexico-tomo-tercero-846978/

2. El Sistema de Dominación Azteca: El Imperio Tepaneca. Carlos Santamarina Novillo. Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 2006. URL: https://eprints.ucm.es/7240/1/T28903.pdf

Nezahualcóyotl, Vida y Obra. José Luis Martínez. Biblioteca Americana. Fondo de Cultura Económica. México, 1972.

4 . The Poet King of Tezcoco. A great Leader of Ancient Mexico. Francisco Serrano. Illustrated by Pablo Serrano. Groundwood Books. House of Anansi Press. Toronto, Berkeley, 2006.

5 - Reexamining Nezahualcóyotl's Texcoco: Politics, Conquests and Law. UNAM. México. Jongsoo Lee. URL:http://www.ejournal.unam.mx/ecn/ecnahuatl37/ECN003700012.pdf


Cuento de apertura


En una ocasión el rey Nezahualcóyotl estaba descansando en un balcón de su palacio. Sin percatarse de la presencia del rey, un leñador y su esposa se detuvieron a descansar bajo el balcón. Después de descargar su carga, el leñador levantó sus ojos y admirando la magnificencia del palacio dijo: El dueño de todo esto debe estar lleno y satisfecho. Mientras que nosotros estamos cansados y hambrientos.


La mujer interrumpió a su esposo diciendo: ¡Calla! Alguien podría escuchar tus palabras y un castigo podría caer sobre ti.


Después de escuchar la conversación, Nezahualcóyotl envió a un sirviente a llamar al leñador y a su esposa. La pareja llegó temblando de miedo. Nezahualcóyotl le pidió al leñador que repitiera lo que había dicho.


El pobre hombre repitió la conversación tan fielmente como pudo. Luego Nezahualcóyotl hablo: No murmures sobre tu señor y rey, porque las paredes puedes escucharte. A ti te parece que yo estoy lleno y satisfecho con mis palacios y mi poder. Pero no sabes la carga que es mantener la justicia entre vosotros y gobernar un reino tan poderoso como este.


Finalmente, Nezahualcóyotl le entregó al leñador un regalo diciendo: Toma esto, con ello vivirás satisfecho y contento, mientras que yo, en este magnífico palacio llevo una vida de angustia y aflicción.


Nezahualcóyotl, El Rey Sabio

Historia adapatada por Carolina Quiroga-Stultz

I

Es el año de 1457, el rey Nezahualcóyotl está en el jardín donde se disfruta de la música y la poesía, rodeado de otros poetas a quien él respeta. Su hijo Tetzauhpiltzintli, el heredero legítimo al trono del reino de Texcoco hace parte del público.


El joven príncipe, de apenas 12 años ha sido educado en el Tlacateo, la escuela para jóvenes de la nobleza; donde ha aprendido las costumbres Nahua y la apreciación de las artes. El joven príncipe disfruta de la oportunidad de atender esta alegre, aunque algunas veces sombría reunión de poetas.


Algunos de ellos han recitado nuevos trabajos, otros han recitado viejas canciones, ahora la multitud le ruega al rey que declame una de sus canciones floridas. Es usual que el rey finalice las reuniones recitando de último. Nezahualcóyotl ve a su hijo. Tetzauhpiltzintli mira a su padre con adoración, como si fuera un dios encarnado. Luego el rey se pone de pie y recita.


Estoy embriagado, lloro, me aflijo,

pienso, digo,

en mi interior lo encuentro:

si yo nunca muriera,

si nunca desapareciera.

Allá donde no hay muerte,

allá donde ella es conquistada,

que allá vaya yo.


El público se deleita en las palabras de su sabio rey. Ellos esperan que su rey sea en verdad un dios encarnado, quien vivirá por siempre. Bajo su reinado han conocido el esplendor, la grandeza y la fortaleza. Junto a sus aliados, ellos han conquistado el mundo. Pero la paz es tan frágil como una flor. Razón por la cual estas reuniones son tan valiosas para el rey. En ellas él encuentra sosiego, en la belleza y en las reflexiones de cada canto, de cada poema.


Los poetas y músicos hacen una reverencia a su rey y comienzan a dispersarse hacia sus casas. Tetzauhpiltzintli se queda, quiere pedirle a su padre que le cuente una historia. Aquella historia que ha escuchado tantas veces, de la boca de su padre y de otros. El príncipe espera que un día él mismo sea capaz de emular la valentía y astucia de su padre.


Nezahualcóyotl ya pasa los 50 años, ha vivido una vida de aventuras, que a veces ha sido un calvario. Pero ya todo eso estaba en el pasado así que porque no honrar su deseo de escuchar una historia. Nezahualcóyotl comienza.


Nezahualcóyotl: ¡Está bien hijo! Aquí te va la historia de mi juventud, la cual no pareces cansarte de escuchar. Yo nací en el día 1 Venado del año 1 Conejo. Los adivinos dijeron que sería astuto, orgulloso, ágil y fuerte o que podría ser todo lo contrario (carcajada). Y al igual que el venado, predijeron que yo debería estar vigilante y atento de los enemigos inesperados. (Pausa) Tuve una infancia placentera y fui educado por el gran filósofo Huitzili.


Tetzauhpiltzintli: ¡Huitzilihuitzin, el sabio!


Nezahualcóyotl sonríe: ¡Cierto joven príncipe! Él me enseñó el amor por el conocimiento y la poesía. Fue un aliado leal y héroe defensor de mi vida.


Nezahualcóyotl se toma un momento, su memoria no le falla, por el contrario, le regresa a aquella desgarradora escena. Cuando se congeló de miedo y sintió una infinita impotencia.


Nezahualcóyotl tenía apenas 15 años, su padre Ixtlixóchitl rey de Texcoco, fue emboscado por un grupo de secuaces enviados por el rey Tepaneca de Azcapotzalco. Dicho rey alegaba ser descendiente del legendario Xólotl y por años había reclamado el trono de Texcoco. Por ello, había iniciado rumores, incentivando asociaciones y manipulando antiguos enemigos haciéndolos sus aliados.


Algunos rumores decían que Tezozomoc, el rey Tepaneca, no había olvidado la humillación que el rey Ixtlixóchitl le había causado. Para expandir su poder Tezozomoc tenía la costumbre de casar a sus hijas con los líderes de otros reinos. Por lo tanto, hacía unos años el ambicioso Tezozomoc había enviado al rey de Texcoco una de sus hijas, esperando que éste la haría su reina.


Pero en su lugar, Ixtlixóchitl escogió por esposa, a la hija de Huitzilihuitl de Tenochtitlan, una joven Mexica, hermana del rey Chimalpopoca. Acto seguido, la hija de Tezozomoc se convirtió en una concubina más. El rey Tepaneca se sintió profundamente insultado.


Nezahualcóyotl: El rey Tepaneca pensó que tenía derecho a ser nuestro rey. Mi padre había hecho todo lo posible por mantenerlo a distancia, pero un rey no lo puede hacer todo. En un último intento por asegurarles a nuestros dudosos aliados que nosotros éramos los descendientes legítimos del trono, mi padre realizó una segunda ceremonia de coronación. Hizo el juramento como señor de Acolhuacan. Pero supongo que no impresionó mucho a los aliados.

En el año de 1418, después de 50 días de valiente resistencia, mi padre tuvo que abandonar la capital. Él, yo y otros locales tomamos refugio en el bosque. Tu abuelo pidió ayuda, pero nunca llegó. Allí fue cuando él supo que la única forma de protegerme, entregarse al peligro.


El joven príncipe Tetzauhpiltzintli interrumpe la narración de su padre: El abuelo Ixtlixóchitl dijo “Esta es la última de mis desgracias, me da tristeza dejar esta vida. Te pido, te imploro hijo mío que nunca abandones a tus súbditos, a tu pueblo. No olvides que eres un Chichimeca y debes recobrar el reino que tan injustamente Tezozomoc tiraniza. Venga la muerte de tu afligido padre. Ahora escóndete y vive, o la antigüedad de nuestro imperio morirá contigo.”


Nezahualcóyotl: ¡Ciertamente, esas fueron sus mismas palabras hijo! Y así como lo has contado, en ese trágico día me escondí y fui testigo de cuán valiente mi padre peleó por mi vida. Aprende esto hijo, no hay nada seguro en esta vida, excepto la muerte. De repente, después de la trágica muerte de mi padre se declaró un precio sobre mi cabeza, vivo o muerto. Y muchos fueron castigados por ofrecerle ayuda a esta alma huérfana.


Tetzauhpiltzintli: ¡Pero muchos guerreros valientes te protegieron! Y luego te salvaste. Grande son el rey Chimalpopoca y el rey Itzcóatl. ¡Sus espíritus se levantan con el sol!


Nezahualcóyotl: ¡Por supuesto hijo! A mis leales amigos y hermanos, les debo tanto como a mis tíos, es sin duda una deuda de gratitud. Pero mi presencia los ponía en peligro constante. Así, que decidí no disfrutar por mucho tiempo de su hospitalidad. Después de que deje sus reinos, viaje día y noche, confiando en nadie pero contando mis bendiciones.


Tetzauhpiltzintli: ¿Alguna vez pensaste en darte por vencido?


Nezahualcóyotl piensa. Mostrarse bajo una luz heroica es una gran tentación. Pero la canción que compuso en aquellos años le recuerda del miedo en el que vivía constantemente.


En vano he nacido,

en vano he venido a salir

de la casa del dios de la tierra,

yo soy menesteroso!

Ojalá en verdad no hubiera salido,

que de verdad no hubiera venido a la tierra...


Nezahualcóyotl: Me gustaría decir que no quise darme por vencido, pero no sería honesto. Sin embargo cada vez que alcance el límite de mis fuerzas, los dadores de vida me sonreían de nuevo. Después de un tiempo de correr, esconderme y escapar, de poner a otros en peligro, las hermanas de mi madre persuadieron al infame usurpador de mi trono a que me perdonara la vida temporalmente. Lo persuadieron de dejarme ir a Tenochtitlan y de quedarme allí. Y así sucedió.


Tetzauhpiltzintli: ¿Crees que Tezozomoc tuvo un cambio de parecer?


Nezahualcóyotl sonríe y dice: No, creo más bien que el discurso de mis tías debió haber sido bastante convincente. Las mujeres pueden ser muy diestras con sus palabras también. Y bueno, estoy seguro que Tezozomoc tenía otras conquistas que atender. Yo, solo era otra pieza del juego. Así que mi muerte fue pospuesta.


Tetzauhpiltzintli: bueno, pero saltemos la parte sobre aquellos años en que no pasó mucho, mientras aprendías las costumbres Aztecas y cuéntame cómo recobraste el reino.


Nezahualcóyotl: A pesar de las aventuras y conquistas de cada persona, nadie dura para siempre. Yo tenía 25 años cuando recibí con agradable sorpresa la noticia sobre la muerte del tirano. En ese instante, supe que mi momento estaba en camino, pero también anticipé que su muerte traería una tormenta y que muchos serían barridos por ella.


El joven príncipe se pone de pie y solemnemente resume el evento, como si él mismo hubiera estado allí.


Tetzauhpiltzintli: El heredero del reino Tepaneca, a quien Tezozomoc había nombrado, Tayatzin fue obligado a resignar por su hermano Maxtla, el cruel. Aquellos fueron tiempos de gran agitación política. Hubo rumores de que Maxtla quería dar muerte a tu tío el rey Chimalpopoca, pero otros dijeron que fue una conspiración dentro de su misma corte. En mala hora, Chimalpopoca murió y tu padre tuviste que salir a esconderte de nuevo.


Nezahualcóyotl ríe: ¡Algunas veces, parece que tú conoces la historia mejor que yo! Tienes razón, de nuevo tuve que escapar. Pero Maxtla era ingenioso, siempre estuve a tan solo un paso de perder mi cabeza. Ah! Recuerdo aquella vez cuando los capitanes del tirano vinieron a Cillan donde me escondía. Trataron de intimidar a mi leal sirviente, así que él los guió a una habitación grande. Donde yo me presenté y les ofrecí flores. (Carcajada) Deberías haber visto sus caras, estaban todos confundidos. Entonces el humo del copal se levantó y llenó la habitación. Rápidamente, abrí mi manto y me envolví en él y desaparecí. Allí en frente de sus narices. Ahora sabes que un poco de magia y astucia siempre son útil.


Tetzauhpiltzintli: ¡Ya lo sé padre! Sé que es crucial aprender todas las artes. Pero no nos detengamos en aquellas cosas que puedo aprender de mis maestros. Yo quiero saber más acerca de ti, del más astuto y valeroso de los reyes que hayan existido.


Nezahualcóyotl: ¡Oh! ¡Vaya que me has puesto en un pedestal hijo! Yo no me atrevería a darme tanto crédito. Todo suena como una épica aventura, pero hubo muchos momentos amargos. Como aquella vez en que algunos de mis hermanos me traicionaron, y por segunda vez casi me di por vencido. Entonces le pedí a aquellos que me seguían que regresaran a sus hogares y me dejaran.


Tetzauhpiltzintli: pero ahí no acaba la historia


Nezahualcóyotl: No, ciertamente, no me entregue a la desesperación por mucho tiempo. Comencé a explotar el arte de la diplomacia y comencé a ganar aliados alrededor del odio común contra aquel enemigo. Y muchos escucharon, muchos se pusieron en las manos del destino al mentir acerca de mi paradero. Como aquella vez en que me escondí dentro de un gran tambor, y el tamborilero tocó una tonada de guerra conmigo adentro.


Tetzauhpiltzintli: ¡Y luego la Triple Alianza sucedió! ¡El rey de Tenochtitlan y el rey de Tlacopan unieron fuerzas con el más poderoso!


Nezahualcóyotl: Ciertamente nos unimos. Pero no me vuelvas a llamar así de nuevo. Recuerda que Tenochtitlan es el aliado más importante que tenemos y son mucho más poderosos que nosotros. Algún día tus palabras podrían ser interpretadas de forma incorrecta por alguien. Recuerdalo por favor.


Tetzauhpiltzintli: Esta bien padre prometo ser más cauteloso con mis palabras.


Nezahualcóyotl: Si no fuera por la ayuda de los otros reyes, tu no estarías hoy escuchando mi historia. Además debemos reconocer la bravura de otras naciones, que aún antes de existiera la Triple Alianza, respondieron a mi llamado. ¿Recuerdas quiénes eran?


Tetzauhpiltzintli: ¡Ah! ¿Y desde cuándo esta historia se convirtió en un examen? Pero bueno, tus primeros aliados en la reconquista de Texcoco fueron los pueblos de Zacatlan, Totototépec, Tlaxcala, Huexotzinco, Chololan y Chalco.


Nezahualcóyotl: ¡Muy bien, has pasado el examen de historia! ¿Y qué sucedió a continuación?

Tetzauhpiltzintli: ¡Mataste a Maxtla el cruel y te hiciste rey!


Nezahualcóyotl: Pero no inmediatamente. El rey Izcóatl conocía sobre mi vocación de ingeniero y me pidió que le ayudara a construir caminos, puentes y canales en la capital Azteca. Y como le debía tanto, por un tiempo me quite el sombrero de conquistador y me ceñí el de arquitecto. Luego, cuatro años después fui coronado.


Tetzauhpiltzintli: En el año Nahui ácatl, tu, padre te hiciste el merecido rey de Texcoco. Después, tú, padre a partir de las ruinas reconstruiste esta magnífica ciudad. Reinstalaste la educación, las leyes y las artes, y como tu canción:


¡En buen tiempo vinimos a vivir,

hemos venido en tiempo primaveral!

¡Instante brevísimo, oh amigos!

¡Aun así tan breve, que se viva!


Antes de que Nezahualcóyotl pudiera felicitar a su hijo por aquella resumida versión de lo que le tomó más de 30 años construir, Tetzauhpiltzintli hizo una reverencia a su padre y se excusó. El deber de salir a jugar con sus medios hermanos, le apremiaba. El joven se apresuró a irse. Pronto Nezahualcóyotl escucho al príncipe sugerir a sus hermanos que jugaran el juego en el que él era su padre y se escapaba del cruel Tezozomoc.


Nezahualcóyotl frunció el ceño al escuchar aquella idea de lo que al parecer era un entretenido juego. Él había trabajado muy duro para prevenir que un destino similar cayera sobre su único legítimo hijo. Un agradable futuro le espera al príncipe. Pero aún se preguntaba acerca de aquellos años de miseria que llegaron como una oscura coincidencia con el nacimiento del príncipe. ¿Acaso eran algún tipo de mal augurio?


No, no podía ser, el príncipe aún era muy joven para que algo malo le sucediera. Además la Triple Alianza era más sólida que nunca. Si alguna amenaza llegaba no sería de ningún frente político o militar. Todos lo respetaban. Sin embargo, el rey no había olvidado aquella deuda de vida, ¿Acaso algún día el destino le pasaría la cuenta?


Nezahualcóyotl reflexionó, quizá no debió haber dejado que su ira y luego su pasión lo llevará a tomar aquella infortunada decisión, hace ya más de 12 años.


II


Regresamos en el tiempo. Es el año de 1442, Nezahualcóyotl ya tienen más de 40 años cuando se da cuenta de que todo este tiempo, ocupado en sus proyectos de reconstrucción y rodeado de graciosas concubinas, había olvidado encontrar una reina. Había olvidado que debía preocuparse por la continuación de su legado.


El camino a seguir era encontrar una mujer de la nobleza que procediera de alguna de las casas del reino, como Huexotla o Coatlinchán. Sin embargo, solo había una apropiada. Una niña proveniente de la casa de Coatlinchán. El casamiento fue arreglado para que sucediera cuando la joven hubiera alcanzado la edad apropiada. Por ahora, la infanta debía ser educada.


En consecuencia, el anciano Cuatlehuatzin fue asignado como su tutor. Pero después de algunos años el anciano murió y a su hijo Ixhuetzcatocatzin le fue entregada la tarea. Sin embargo, como son las cosas, aun sabiendo a quién la joven estaba prometida, el nuevo tutor se enamoró de ella, y los dos se casaron en secreto.


Después de varios años, cuando Nezahualcóyotl recordó el compromiso y llamó a que fuera consumado, es cuando el rey se da cuenta de que tan contrariamente todo había sucedido. El imprudente esposo fue llevado a juicio. Nezahualcóyotl esperaba que el atrevido fuera castigado apropiadamente, pero el enamorado fue encontrado libre de todos los cargos.


Nezahualcóyotl estaba muy molesto con el desenlace. De ninguna manera sentía algo por la joven, apenas si la conocía, pero el principio de aquel deshonesto acto, y la falta de justicia impartida era lo que tanto le molestaba.


Un día, mientras vagaba por el campo, el rey llegó al pueblo de Tepechpan, donde el señor de la villa, el anciano Cuacuahtzin le dio la bienvenida. Y le pidió a la más preciosa doncella que arreglara la mesa para que los dos señores comieran.


Cuando Nezahualcóyotl vio a la joven de diecisiete años Azcalxochitzin, de origen noble y Mexica, se le olvidaron todas las preocupaciones. La pasión se precipitó sobre su agotada alma y se sintió joven de nuevo. La doncella debía ser suya.


Sin embargo, la muchacha estaba casada con el señor de la casa, el anciano Cuacuahtzin, quien hasta el momento la había tratado como a una hija en lugar de como una esposa. Esto significaba que la joven aún era virgen. ¡Oh! La pasión era tan fuerte y ciega que en su intenso deseo por ella, Nezahualcóyotl concibió un macabro plan para deshacerse del anciano esposo de forma definitiva.


El anciano fue puesto a cargo de una tropa de soldados que irían en una expedición contra la gente de Tlaxcala. Con seguridad el pobre hombre no regresaría de la batalla. Cuacuahtzin, aun sospechando las malas intenciones aceptó su destino, por lo menos de esta manera su muerte sería honorable.


En una última reunión con sus amigos, a la cual el rey también había sido invitado, Cuacuahtzin cantó sus canciones de despedida. El leal servidor marchó con la cabeza al frente hacia su inminente muerte.


¿Adónde en verdad iremos

que nunca tengamos que morir?

Aunque fuera yo piedra preciosa,

aunque fuera oro,

seré yo fundido,

allá en el crisol, seré perforado.

Sólo tengo mi vida,

yo, Cuacuahtzin, soy desdichado.


Después de que muchos lloraron la valiente muerte de Cuacuahtzin, acto seguido Nezahualcóyotl arreglo para la viuda, una serie de estratagemas que eventualmente la pondrían como invitada en el palacio. Luego consultó con sus consejeros sobre la posibilidad de convertirla en su reina. Cuando el noble linaje de la joven fue evaluado, eventualmente la unión fue aprobada.


La boda fue espléndida, y las festividades fueron celebradas por cerca de cuatro meses. El nuevo rey de Tenochtitlan, Motecuhzoma I, quien había sucedido a Izcóatl, estuvo presente, así como el rey de Tlacopan y toda la nobleza de Texcoco.


Nezahualcóyotl consumó su pasión con su nueva reina. Por un tiempo, trato de olvidar la trampa que había orquestado para alcanzar esta felicidad. Su remordimiento le causó el considerar que algún día los papeles se revertirían. Tomó cerca de 20 años para que cosechara lo que había sembrado.


Después de la gran boda. La Reina Azcalxochitzin dio a luz a un legítimo heredero al trono de Texcoco, el príncipe Tetzauhpiltzintli, conocido como el niño prodigio. El pequeño nació en el mismo año en que el ciclo de 52 años del calendario Azteca finalizaba, en 1445. A pesar de que era un niño inteligente, gracioso y dotado en las artes, su nacimiento llegó al mismo tiempo que se desató la guerra contra la nación de Chalco. Un desagradable conflicto que fue instigado por el nuevo rey de los Mexica, el ambicioso Motecuhzoma I.


Nezahualcóyotl hubiera preferido una década de paz. Como ingeniero y arquitecto, él sabía que las guerras se llevan la mano de obra, destruyen lo que ha sido construido y solo incitan más guerra. Tenía razón, este belicoso conflicto duró tanto como la vida de su hijo.


Aun así la guerra no fue el único mal que llegó con el nuevo ciclo. En 1445, una plaga de chapulines devoró los campos y las cosechas, causando que muchas personas acabaran con hambre. Luego en 1449, las fuertes lluvias inundaron Tenochtitlan. El rey Motecuhzoma I, llamó a Nezahualcóyotl para que les ayudara con el desastre. El arquitecto de Texcoco construyó un dique que ayudó a contener las aguas.


Un año después, en 1450, el Valle de México fue golpeado por seis días de nieve, la cual destruyó casas, bosques y cultivos y desató una fatal epidemia de resfriados. Los siguientes dos años las bajas temperaturas arruinaron las cosechas. Más y más se comenzaron a ver buitres y otras aves de rapiña en la región.


Luego, en 1453 llegó el fuego. El calor excesivo quemó la hierba. Las aguas de los ríos y lagos se secaron y hubo varios incendios forestales. Las personas estaban tan hambrientas que los más jóvenes parecían ancianos con la piel seca colgándoles. Aquellos que lograron sobrevivir el horror de los años anteriores comenzaron a abandonar las ciudades.


En 1454, un eclipse de luz solar le confirmó a los sacerdotes y a las personas que un siniestro augurio había caído sobre la región. Para dar alivio a sus vasallos, los tres reyes, suspendieron por seis años el pago de tributos, abrieron los graneros, y entregaron raciones a la gente.


Pero aun así muchos continuaron huyendo de la maldición que había caído sobre la tierra. Hay quienes murieron en los caminos, mientras que otros vieron la oportunidad de convertir en esclavos a estas desesperadas y miserables almas migrantes.


Finalmente, reacios a darse por vencidos, los tres reyes se reunieron con los señores de Tlaxcala para discutir cómo podían apaciguar la ira de los dioses. Algunos sacerdotes sugirieron sacrificios humanos que deberían ser llevados a cabo cada día hasta el cese de dicho tormento.


Nezahualcóyotl se opuso. ¿Cómo pretendían reinar sus naciones con un montón de muertos? Era mejor sacrificar a aquellos capturados en batalla, como había sido hecho anteriormente. Era más honorable y eficiente.


Los sacerdotes estuvieron en desacuerdo. Argumentaron que gracias a las calamidades recientes, los conflictos de guerra ya no sucedían tan seguidos como antes. En ese momento, uno de los señores de Tlaxcala tuvo una idea. Establecer a partir de allí, guerras arregladas. Aquellos que cayeran prisioneros de cada bando, serían sacrificados. Al mismo tiempo, los combates proveerían entrenamiento para los hijos de los señores quienes eventualmente se harían capitanes de los ejércitos.


Todos encontraron la idea aceptable y Nezahualcóyotl sugirió el primer campo de batalla. Después de ello, en los primeros días de cada mes, una batalla fue ejecutada entre los reinos aliados de Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan y las llamadas casas enemigas Tlaxcala, Cholollan Huexotzinco, Atlixco, Tliliuhquitepec y Tecoac. De esta manera, los dioses adorados en las diferentes regiones tendrían su cuota de almas sacrificadas.


III


Cual joyeles abren sus capullos

tus flores:

rodeadas de follaje de esmeralda.

Están en nuestras manos.

Preciosas olientes flores,

ellas son nuestro atavío,

oh príncipes.

Solamente las tenemos prestadas

en la tierra.


Ocho años pasaron desde aquella placentera tarde cuando Nezahualcóyotl le contó su historia a su curioso hijo Tetzauhpiltzintli. La historia de aquellos turbulentos años en que había sido perseguido. Pero por supuesto omitió la otra historia de cómo su hijo había sido concebido. El rey quien ahora tenía 62 años culpaba a su edad por la mala noche que había pasado.


Aún no había amanecido y un ansioso sirviente esperaba a que su amo despertara. El rey no estaría contento con lo que el sirviente tenía que decir. Nezahualcóyotl pretendió que apenas despertaba y somnoliento preguntó: ¿Qué sucede?


Sirviente: Amo, mi amado rey, traído graves noticias.


Cansado Nezahualcóyotl pregunta: ¿Pueden esperar tus noticias?


Sirviente: Me temo que no mi señor.


Aburrido Nezahualcóyotl pregunta: ¿Qué pasó?


El sirviente quien sabe que las paredes tienen oídos, se agacha y le susurra al rey: Amo, desde anoche hay un terrible rumor corriendo por el palacio.


Molesto con los preámbulos Nezahualcóyotl exclama: ¡Por todos los nueve cielos! ¡Habla!

Sirviente: Mi querido señor, algunos están diciendo que el príncipe Tetzauhpiltzintli desea destronarle.


Nezahualcóyotl no necesita escuchar más.


**


El sol ya está por encima de sus cabezas. Desde que despertó, el rey ha escuchado diferentes aspectos de aquel atroz rumor. Ahora ve los rostros de sirvientes, concubinas y poetas, todos parecen tenerle pesar o quizá temen cuál será su reacción. A pesar de esto, nadie se ha atrevido a acercarse y hablarle. Ni siquiera su hijo.


Finalmente, mientras el rey está en su habitación de libros, pretendiendo trabajar en un proyecto de construcción, escucha que alguien más está en la habitación. No necesita girarse, ya sabe quién es.


Concubina: ¿Me pregunto si su majestad alguna vez puede ser sorprendido? Mi amado siempre parece conocer acerca de mi presencia.


Nezahualcóyotl responde en tono irónico: Supongo que moriré alerta.


Concubina: No, mi amo, usted vivirá para siempre. No alcanzo a concebir la vida sin su presencia. Tú eres mi dios.


Nezahualcóyotl piensa que no importa cuántas veces ha tenido que explicar que él es solo un mortal, algunos aún lo adoran como el creador de su mundo.


Por otra parte, la mujer sabe que él ha escuchado los rumores y un rey bajo amenaza de ser destronado no puede ser un dios por mucho tiempo. Así que continuando con su plan, la mujer sutiles cambia de tema.


Concubina: Mi querido amo, he venido a ayudar. Las gentes del palacio están difundiendo malvadas palabras sobre el hijo de nuestro dios. He venido a clarificar a vuestra gracia lo que en verdad ha sucedido, ya que dos de vuestros hijos fueron testigos del evento.


El rey está cansado de tener que estar en alerta. Pero debe escuchar aquel rumor antes de que se convierta en una inmanejable conspiración. Con seguridad su concubina favorita podrá explicar mejor qué es lo que en verdad está sucediendo. Los dos hijos que ella le ha dado estuvieron presentes en el momento en que el heredero al trono de Texcoco hablo aquellas aparentes palabras de traición.


Cansado del juego Nezahualcóyotl dice: ¡Habla tu verdad!


Concubina: Amo, estoy segura que recuerda la joya que tu leal hijo Huetzin hizo para ti, el hijo que te adora tanto que daría su vida por ti sin titubear.


Nezahualcóyotl: Por supuesto que lo recuerdo, Huetzin es un verdadero artista, su regalo fue gratamente apreciado. Pero consideré que tan magnificente pieza sería mejor utilizada por el príncipe.


Concubina: Estoy de acuerdo con el generoso gesto de su majestad. Igualmente estuvo de acuerdo tu otro hijo Heyahuc. Sin dudarlo, se apresuró a entregar la gema a su amado hermano el príncipe Tetzauhpiltzintli. Pero Heyahuc se turbo inmensamente por las palabras que escucho salir de la boca del heredero.


La mujer hace una pausa y baja la cabeza en signo de contrición.


Nezahualcóyotl está impaciente: ¡oh por favor! ¡Habla!


Concubina: ¡Oh amada luz de mi vida! Yo no me atrevo a hablar aquellas palabras. Me temo que puedo darles una interpretación errónea. Pero me aterra la sola idea de perderte. Heyahuc, tu hijo que te ama está mejor dotado para repetir las palabras que escuchó.


Los hermanos Heyahuc y Huetzin fueron llamados. Ellos conocían el papel que su madre les había instruido que debían jugar. Los hijos ilegítimos del rey se postraron a los pies de su padre.


Heyahuc: ¡Padre! Mi amado rey, el hombre más honorable de nuestro reino. Me duele inmensamente decir estas palabras. Hice lo que me pediste, fui a entregar el regalo a mi estimado hermano, pero ni en mis peores pesadillas, pensé que alguien, de todos menos él, podría decir algo así. Pero el príncipe es aún joven, apenas 20 años, y cosas ingenuas se dicen a tan joven edad.


Cansado una vez más de los preámbulos Nezahualcóyotl dice: Entiendo. Entiendo. Pero no tienes por qué defender a alguien que aún no está bajo juicio. Solo dime lo que dijo.


Heyahuc: El príncipe dijo “hermosa es la gema ciertamente, pero el artesano haría mejor servir a los asuntos de la guerra. De esta manera, este rey y el reino serán mejor servidos.”

Calmadamente Nezahualcóyotl dice: No logro ver el pecado en dichas palabras.

Heyahuc mira a su madre, quien rápidamente interviene.


Concubina: Mi poderoso señor, me temo que se te escapó el momento en que el príncipe se refirió a sí mismo como “este rey.”


Desde ahí en adelante, la serie de eventos tuvo un desenlace similar a una siniestra pesadilla. Otros testigos aparecieron. Todos sugirieron que el príncipe se sentía listo para gobernar.

Confundido pero aún esperanzado, Nezahualcóyotl resolvió llamar a un juicio. Sin duda sus pares y aliados de tantos años verían la farsa en dicha conspiración sin mérito.


Motecuhzoma rey de Tenochtitlan y Totoquihuatzin rey de Tlaqueloco atendieron el llamado. Mientras Nezahualcóyotl se retiró, esperando que una sabia resolución saliera de esta inesperada tragedia.


Pero la mano de la justicia dictaminó: ¡Culpable!


Por un tiempo, Nezahualcóyotl se culpó por el injusto final que había caído sobre su querido hijo. Todas sus esperanzas fueron muertas. Si tan solo se hubiera quedado para supervisar los procedimientos legales. Si tan solo no hubiera llamado a un juicio. Pero tenía que hacerlo, su reputación de rey justo le precedía. Sin embargo, ahora no había heredero, muchos se podrían beneficiar de dicho caos.


Durante aquellos días y noches donde el remordimiento y la vergüenza lo consumían, el rey dejó que otros le llenaran los oídos de ira. Los dioses debían estar molestos, con seguridad se necesitaban sacrificios humanos.


Pero cuando la sangre de otros no fue suficiente para calmar su rabia, cuando los gritos no le aliviaban el dolor ni le ayudaba a dormir, Nezahualcóyotl dejó su palacio.


Por cuarenta días, el rey ayunó, oró y compuso cantos a la única entidad que pareció contestarle sus preguntas.


Tenedlo entendido:

tendré que dejaros, oh amigos, oh príncipes.

Nadie vale nada ante el Dador de la Vida,

él nos va quitando, él nos va arrebatando

su fama y su gloria en la tierra.

Lo has oído, corazón mío,

tú que estás sufriendo:

atiende a nosotros, míranos bien:

Así vivimos aquí ante el Dador de la Vida.

No por eso mueras, antes vive siempre en la tierra.


IV


Doce años han pasado desde la muerte de su amado hijo Tetzauhpiltzintli. Es el año de 1472, el rey Nezahualcóyotl ha sobrevivido dos reyes Tenochas, Izcóatl y Motecuhzoma, ahora su turno ha llegado. El rey quien ahora cuenta con 70 años ha caído enfermo y descansa sobre su lecho de muerte.


La interminable guerra contra los Chalcas ha sido ganada a un precio muy alto. El acueducto de Chapultepec ha sido terminado y un monumental templo ha sido construido para aquel desconocido dios que Nezahualcóyotl conoció durante sus 40 días de ayuno. Mucho ha sucedido desde aquel trágico momento en que un padre no pudo prevenir la muerte de su amado hijo.


El reino tiene ahora un nuevo heredero. Hace siete años, en 1465, la reina Azcalxochitzin le dio al trono un segundo heredero, un hermoso niño llamado Nezahualpilli.


El rey Nezahualcóyotl hubiera deseado que las cosas hubieran sucedido de forma diferente. Su segundo legítimo hijo es muy joven para heredar la inmensidad de su legado. Muchas cosas pueden salir mal. Pero el rey debe confiar que todas sus deudas han sido saldadas. Nezahualpilli deberá caminar su propia senda de dificultades y sobrevivirlas tal cual como él lo hizo.


Aquellos alrededor del lecho de muerte saben que el rey parte con el corazón pesado. Lo saben a partir de los cantos que han repetido las predicciones hechas por él hace un tiempo:

En tal año como éste [Ce ácatal], se destruirá este templo que ahora se estrena,¿Quién se hallará presente?, ¿será mi hijo o mi nieto? Entonces irá a disminución la tierra y se acabarán los señores, de suerte que el maguey pequeño y sin sazón será talado, los árboles aún pequeños darán frutos y la tierra defectuosa siempre irá a menos.”


Sintiendo como si hubiera vivido más de una vida, el rey reunió sus últimas fuerzas y habló.

Nezahualcóyotl: Escúchenme una vez más. La paz y la tolerancia deben mantenerse. Yo ordeno a toda la nobleza de Texcoco que obedezca al niño rey, su nuevo señor, o que la muerte caiga sobre vosotros.


Después, con solemnidad Nezahualcóyotl le dijo al futuro tutor del joven príncipe.

Nezahualcóyotl: Desde hoy en adelante harás el oficio de padre que yo tuve con el príncipe tú señor a quien adoctrinaras, para que siempre viva como debe, y bajo de tu consejo gobierne el imperio, hasta que por sí mismo pueda regir y gobernar.


Al terminar de decir esto, Nezahualcóyotl pidió ser dejado solo con su muerte.


Con lágrimas de flores de tristeza,

con que mi cantar se engalana,

yo cantor hago memoria de los nobles:

los que fueron quebrantados, como un tiesto,

los que fueron sometidos a la fatiga,

allá en el lugar de los Despojados de su Carne.

Ellos vinieron a ser reyes, vinieron a tener mando

sobre la tierra:

plumas finas, se ajaron y palidecieron,

esmeraldas, añicos se hicieron.


Unas horas más tarde, el amado gobernante de Texcoco expiró, después de haber reinado por 41 años. En el año Chicuace técpatl, 6 pedernal; en 1472 muchos dijeron que él se había ido a vivir entre los dioses.


Allí está el árbol florido, junto a los atabales: en él vive el quetzaltótotl en que se convirtió Nezahualcóyotl: vive cantando floridos cantos y con ello se alegran las flores.”


Epílogo


Muy bien mis queridos y queridas oyentes como es costumbre es hora de hablar acerca de nuestro protagonista. Como el cuento cubrió gran parte de la vida de Nezahualcóyotl, tomaremos un vistazo menos romántico a sus logros.


En el artículo Reexamining Nezahualcóyotl's Texcoco: Politics, Conquests and Law, Jongsoo Lee nos dice que “Fernando de Alva Ixtlixóchitl jugó un papel decisivo en la creación de la imagen de Nezahualcóyotl al inventariar sus reuniones, el sistema de recolección de tributos, su eficiente e igualitario sistema legal, su amor por los artesanos y poetas y su rechazo de los sacrificios humanos.”


Ixtlixóchitl trato de probar que Nezahualcóyotl era un gobernante civilizado porque había llevado a Texcoco a su cima cultural. Sin embargo, deberíamos preguntarnos, ¿Qué aspectos son reales y cuáles hacen parte de otra agenda?


Propongo que exploremos dos aspectos: la aparente superioridad cultural y legislativa de la ciudad de Texcoco y la aparente figura pacífica de Nezahualcóyotl.


Con el tiempo el halo de Nezahualcóyotl creció de forma más prominente. Fue incluso comparado con personajes bíblicos como Salomón y David. Lee dice que “En el siglo 18, Francisco Javier Clavijero describió a Texcoco como la Atenas de Anáhuac porque creía que bajo el reinado de Nezahualcóyotl y su sucesor Nezahualpilli, Texcoco mantuvo una cultura más avanzada que cualquier otra nación del valle.”


No negaré que Nezahualcóyotl vivió una vida excitante y legendaria. Pero consideren esto, si Nezahualcóyotl hubiera nacido 500 años antes de la conquista, la literatura con seguridad lo hubiera tratado como a un dios – así como le pasó al rey-sacerdote Topiltzin Quetzalcóatl.


En cambio, al haber existido poco antes de la conquista, los cronistas y los descendientes reales – entre ellos Pedro de Alva Ixtlixóchitl- embarcados en la cruzada cristiana por nuevas almas y para legitimar su derecho a las tierras, lograron apenas exaltar a este hombre, Nezahualcóyotl, al estatus de un rey sabio.


Lee argumenta que “todas estas imágenes están basadas en un contraste prefabricado entre la pacífica y civilizada ciudad de Nezahualcóyotl, es decir Texcoco y la poderosa ciudad de los bárbaros Mexicas, Tenochtitlan.” Algunas comparaciones vieron a Texcoco como la ciudad griega de Atenas de donde la democracia y las artes llegaron. En contraste, Tenochtitlan fue equivalente a la brutal Roma.


Sin embargo, Nezahualcóyotl era un diplomático, y conocía la importancia de las alianzas. Él nunca se hubiera atrevido a decir en voz alta que la cultura de Texcoco era mejor que la de sus aliados. El hombre parecía estar agradecido con aquellos que alguna vez le habían ayudado. Entonces, ¿de dónde vienen todos los rumores?


Lee indica que el marcado contraste de las narrativas de Texcoco y Tenochtitlan fue notado por primera vez en “las narrativas indígenas de cronistas coloniales de Texcoco.” Dichos cronistas insistieron que su información provenía de textos antiguos pictóricos y alfabéticos.


A pesar de esto, Lee asegura que después de revisar dichos textos, la aparente competencia no tienen fundamento. En su lugar, los documentos muestran la buena relación existente entre ambas ciudades. ¿Y cómo no iba a ser así? Nezahualcóyotl vivió en Tenochtitlan por cerca de 10 años antes de que pudiera reclamar de nuevo su trono. Y allí, en la capital Azteca estuvo expuesto al sistema de educación Mexica. Así que eso tuvo que haber contado para algo.


Hay un episodio en que el rey Tenochca o Mexica, Izcóatl se ve casi derrotado por los Tepanecas. Necesitando de aliados, Izcóatl envía mensajeros solicitando ayuda de Huexotzinco y Tlaxcala, y por supuesto, el rey Tepaneca hace lo mismo. ¿Y quién cree que rompió el empate? Nezahualcóyotl. Él convenció a Huexotzinco y Tlaxcala que pelearan con el rey Mexica Izcóatl contra los Tepanecas. Recordemos que el rey Mexica era tío materno de Nezahualcóyotl.


Además, después de que el imperio Tepaneca cayó, la ciudad de Nezahualcóyotl estaba en ruinas. ¿Y quién cree que regresó el favor? De los Anales de Tlatelolco, sabemos que una vez el rey de Texcoco fue coronado, los Mexicas le ayudaron a reconstruir la ciudad. Después Nezahualcóyotl le pidió a su tío, el rey Izcóatl que le enviara oficiales de gobierno, sacerdotes y expertos en artes mecánicas.


En resumen, Lee nos dice “Nezahualcóyotl restauró el sistema político y religioso en Texcoco con la ayuda de los Mexicas […] Nezahualcóyotl voluntariamente intentó introducir las tradiciones Mexicanas en su ciudad.”


Todo esto parece estar en oposición al supuesto de que Nezahualcóyotl solito tuvo la idea de crear un sistema único y complejo de gobierno. Que su método de gobierno fue tan eficiente que los Mexicas acabaron copiandolo. Pero Jongsoo Lee clarifica que “el sistema parecía haber existido en Tenochtitlan, mucho antes que en Texcoco.”


La evidencia indica que el sistema de gobierno fue heredado de los antiguos amos de los Mexicas. Es decir los Tepanecas, específicamente de Tezozomoc, quien había enviado matar al padre de Nezahualcóyotl.


En conclusión, Nezahualcóyotl no se inventó un nuevo sistema de leyes. Lee dice que “por el contrario, el rey parece haber restablecido las leyes en Texcoco que se habían perdido a causa de la interrupción por la invasión Tepaneca.” Y digo yo, Por qué habría de hacer borrón y cuenta nueva? Recordemos que había pendiente una reconstrucción. En resumen, el astuto gobernante trajo de nuevo aquello que había funcionado y construyó sobre ello.


Algunos escuchas dirán pero y ¿qué le dio derecho a esos cronistas de Texcoco para sentirse superiores? José Luis Martínez en su libro Nezahualcóyotl, Vida y Obra, dice que la ciudad de Texcoco fue conocida en el mundo Nahua por ser un centro cultural y por tener un extenso archivo de documentos indígenas. Esta biblioteca fue inaugurada por Nezahualcóyotl y expandida por su hijo Nezahualpilli. La biblioteca contenía libros pintados de historia, cronologías, genealogías, leyes, rituales, ceremonias religiosas, oraciones, fórmulas mágicas, calendarios adivinatorios y descripciones de tributos y del reino.


Como Nezahualcóyotl era patrón de las artes, especialmente de la poesía, con el tiempo la lengua Nahuatl que se hablaba en Texcoco acabó teniendo una gran reputación. Fue considerada la más estilizada y pulida de todas sus variantes. Así que esa sensación de superioridad cultural pudo haber venido de aquellos tiempos. Sin embargo aquel esplendor no pudo ser alcanzado sin los Mexicas y otras naciones que ayudaron al príncipe perseguido en su hora más oscura. Y este fue un favor que a través de su vida, él se aseguró de devolver.


Finalmente, no olvidemos que Nezahualcóyotl también fue un conquistador. Solo o en alianza con las naciones de Tenochtitlan, Tlacopan, conquistaron muchas ciudades. Lee cita al cronista Mexicano Alvarado Tezozómoc dijo “Nezahualcóyotl era el favorito del rey Mexicano, entre todos los demás reyes del vecindario. Cada vez que los Mexicas planeaban una expedición militar, un funeral real o un inauguración, era Nezahualcóyotl el primero en ser notificado, y él gustosamente aceptaba.”


Por supuesto, un rey conocido por ser un creador no escapa también de convertirse en un destructor. ¿Recuerdan que en la historia mencionamos que el rey de Tenochtitlan, Montezuma I, arrastró a sus aliados a una guerra que duro cerca de 20 años contra la nación de los Chalco? Bueno, aquí les va una canción de derrota, donde los Chalcas se refieren a la brutalidad de la conquista “Entre la estampida tu cantas, O Montezuma, O Nezahualcóyotl, ¡alas! Tu destruiste el reino: tú destrozaste Chalco aquí en la tierra. Alas, que tus corazones se aflijan.”


Así que hasta el más santo puede ser un verdugo. La evidencia muestra que durante su reinado, se expandieron las fronteras de Texcoco, desde dentro del valle hasta las costas del golfo.


Lee concluye diciendo que “la imagen pacífica de Nezahualcóyotl en contraste con la de los reyes guerreros Mexicanos fue una invención de los cronistas de Texcoco.”


Dudo que Nezahualcóyotl tuviera tanta sed de sangre como sus contemporáneos. Pero ciertamente tuvo que haber visto la ventaja de expandir su reino. Después de todo él era un hombre de su tiempo. Un hombre que sobresalió en el inmenso desafío que es reconstruir una cultura desde sus ruinas. Y por eso es que debemos reconocerlo y apreciarlo. ¿Qué acaso tomó unos atajos? Ciertamente y algunos no fueron muy honorables, pero para lograr lo que hizo en tan solo 41 años, eso demuestra que él sabía cómo invertir su tiempo y sus recursos sabiamente.


Y eso es todo por hoy. Antes de finalizar el programa, los dejaré con un último canto de Nezahualcóyotl.


Yo ave del agua floreciente duro en fiesta.

Soy un canto en el ancho cerco del agua,

anda mi corazón en la ribera de los hombres,

voy matizando mis flores,

con ellas se embriagan los príncipes.

Hay engalanamiento.

Estoy desolado, ay, está desolado mi corazón;

yo soy poeta en la Ribera de las Nueve Corrientes,

en la tierra del agua floreciente.

Oh mis amigos, sea ya el amortajamiento.

Me pongo collar de redondos jades,

como soy poeta y de dentro me sale la tristeza.

Embriaga mi corazón. ¡Que allá en la tierra florida sea amortajado!

Dejaré pintada una obra de arte,

soy poeta y mi canto vivirá en la tierra:

con mi canto seré recordado, oh mis oyentes,

me iré, me iré a desaparecer,

seré tendido en estera de amarillas plumas,

y llorarán por mí las ancianas,

escurrirá el llanto mis huesos como florido leño

he de bajar al sepulcro, allá en el ribera de las tórtolas.

Ay, sufro, oyentes míos,

el dosel de plumas, cuando yo sea llevado,

allá en Tlapala se volverá humo.

Me iré, me iré a desaparecer,

seré tendido en estera de plumas amarillas

y llorarán por mí las ancianas.



Hasta el siguiente cuento, adiós, adiós.


Créditos Musicales


Dissappointment, Laid_Back_Guitars, Discovery_Hit, Machinations, A_Singular_Perversion_Darkness, Eyes_Gone_Wrong, – Kevin McLeod

Camaguey – Silent Partner

Houston_Vibes_Score, Waking_to_Reality – Unicorn Heads

Passage, End_of_Time - Ugonna Onyekwe

Air_to_the_Throne, Wild_Fires - Doug Maxwell

Foreign_Land_Sting – Jingle Punks

Perihelion - Cooper Cannell

Forest_of_Fear - Aakash Gandhi

A_Dream_Within_a_Dream, Not_Without_the_Rest – Twin Musicom

Earthly_Destiny - Sir Cubworth

Fall_Colors - ann annie

Sneaking_Up – Audionautix

Hero_Theme_Sting – MK2

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